L D (EFE) Este organismo reseña que las compañías de la muestra -excepto las industriales- se encuentran en "buena posición" para aprovechar la recuperación económica internacional, aunque advierte de que esa favorable situación puede verse afectada "en una medida difícil de precisar" por la incertidumbre generada tras los atentados del 11 de marzo en Madrid.
El informe explica que el crecimiento de la actividad empresarial en 2003, superior al experimentado el año anterior, estuvo sustentado en la positiva evolución del consumo y de la construcción, así como en una cierta recuperación de la inversión en bienes de equipo y una contribución negativa de la demanda exterior neta.
El valor añadido bruto (VAB) generado por las empresas creció el año pasado el 6,3 por ciento, aunque excluidas las de refino y las comercializadoras de carburantes, sobre-representadas en la muestra y muy afectadas por las grandes variaciones del precio del crudo, esa tasa quedó en el 5,7 por ciento.
Por sectores, el mayor crecimiento del VAB se produjo en el comercio, del 10,4 por ciento, seguida de la energía, el 9,7 por ciento; transportes y comunicaciones, el 4,8 por ciento, y la industria, el más afectado por la desaceleración de la actividad exterior, el 1,1 por ciento. El empleo subió el 0,6 por ciento, tasa inferior a la que proporcionan fuentes alternativas como la EPA y que se explica por el fuerte peso que tienen en la muestra algunos sectores en reestructuración, efecto que se vio además agudizado por un ajuste de plantilla en una gran empresa de comunicaciones.
El empleo cayó en todos los sectores -menos en el comercio, donde subió el 4,2 por ciento-, sobre todo en la energía, con un descenso del 1,9 por ciento, y también en la industria, el 0,8 por ciento, y los transportes, el 0,1 por ciento. Los gastos de personal ascendieron el cuatro por ciento, mientras que la remuneración media por asalariado se moderó, al crecer el 3,4 por ciento, frente al cuatro por ciento del 2002. El Banco de España ve en ello un indicador de que las empresas de la muestra evolucionan hacia incrementos más moderados y opina que la reducción reciente del IPC -hasta el 2,1 por ciento en febrero- contribuirá a que se consolide esta positiva evolución de las remuneraciones, lo que, a medio y largo plazo, favorecerá la competitividad de las empresas españolas.
El crecimiento sostenido de la actividad, junto a la más contenida evolución de los gastos de personal, permitió que el resultado económico bruto creciera el 8,2 por ciento (el 2,6 por ciento en 2002). Los gastos financieros disminuyeron el 1,3 por ciento, debido a la reducción del coste financiero, que recogió el efecto de las bajadas de tipos, pero estuvo compensado por el incremento de la apelación a nueva financiación ajena, que podría indicar una incipiente recuperación de la inversión, apunta el Banco de España. Por su parte, los ingresos financieros se recuperaron en 2003, al crecer el 4,2 por ciento, desde la bajada del 9,5 por ciento anterior, gracias principalmente a la buena evolución de algunas filiales extranjeras, sobre todo en Latinoamérica
Como consecuencia de todo ello, el resultado ordinario neto (RON) ascendió el 15,9 por ciento, con mayor intensidad en el comercio (17,8 por ciento), mientras que la industria tuvo la peor evolución (no varió). La positiva evolución del RON, junto al notable descenso de las rúbricas de carácter extraordinario, posibilitó una importante recuperación del resultado neto final. Este alcanzó niveles máximos en la serie trimestral (la variación no se puede calcular al pasar de pérdidas a ganancias), una vez superados los hechos extraordinarios que lastraron el resultado de 2002 -provisiones ante pérdidas potenciales en Latinoamérica e inversión en UMTS-.
La evolución de la actividad y los excedentes permitió que las empresas mantuvieran unos elevados niveles de rentabilidad ordinaria y así, la rentabilidad del activo neto se situó en el 8,3 por ciento en 2003. La evolución de la rentabilidad, junto al descenso del coste de la financiación ajena, llevó a que la ratio que mide la diferencia rentabilidad-coste de la financiación se colocara en el 4,1 por ciento, por encima del 3,6 por ciento del 2002.
