Es un tema feo. Miles de ahorradores españoles compraban productos financieros de los que se querían deshacer sus entidades y/o a la inversa, aquellas desmotivaban a quienes querían comprar lo que a dichas entidades interesaba acumular a bajo precio. Centenares de miles de pensionistas y pequeños ahorradores han sido usados por sus sucursales como felices huéspedes a los que parasitar. El director de la sucursal no tenia porqué saber el operativo en retaguardia, y si sospechaba algo y le entraban remordimientos por estafar a la señora viuda en estado de subsistencia, el bonus aceitaba el trago. Uno diría que con tropecientas administraciones, miles de funcionarios, entidades regulatorias y de inspección a ‘tutti plen’ estas cosas serían raras de ver…pues no. ocurren todos los días. Es más, quien acude a los organismos de reclamaciones creados a tal efecto suele descubrir que jamás cumplen con sus objetivos fundacionales. Hecho bien conocido de los interesados que precisamente continúan con su faena descansando en la seguridad que les brindan esos organismos de cartón piedra. Por todo ello ¡¡¡recurde!!! Apúntese el nombre de las compañías que le desaconsejan en los bancos.