LD (Europa Press) La banca española puso fin a más de diez años de continuos ajustes, con la apertura neta de 370 sucursales –pasó desde 12.478 hasta 12.848– y la incorporación de 408 trabajadores adicionales –su plantilla alcanzó los 95.135 empleados–.
El quiebro en la constante reducción de la red coincide con el anuncio, por parte de muchos bancos, de la puesta en marcha de planes de expansión y después de que alguno de los grandes –Santander y BBVA– calificase de "enorme error" los numerosos cierres por la pérdida de cuota acusada.
El Santander Central Hispano quiere abrir 300 oficinas en el trienio 2005-2007 en plazas importantes y nuevos núcleos de población, que se sumarían a las 110 sucursales netas incorporadas en los últimos dos años. El BBVA inaugurará 550 en el mismo trienio, tras los ajustes efectuados para mitigar los solapamientos de las redes del antiguo BBV y Argentaria; en tanto que el Popular ha sumado 30 sucursales netas en el primer semestre de 2005 y ultima incorporar otras 60.
Entre los planes más agresivos figura también el de Banesto, que proyecta ampliar su red en 450 establecimientos entre 2004 y 2006, con la apertura de 130 sucursales propias, además de establecimientos en régimen de franquicia y de agentes colaboradores. El proceso revertirá en parte los fuertes ajustes acometidos año a año desde 1996, cuando los bancos disponían de más de 17.900 puntos de atención a los clientes, red que sólo se superó en el 1992, con unas 18.000 sucursales, antes de la crisis que atravesó el sector, según datos del Banco de España.