L D (EFE)
En una entrevista con la segunda cadena de televisión pública, "ZDF", que será emitida el próximo domingo, Schroeder subraya que el Pacto de Estabilidad Europeo permite una cierta flexibilidad en casos de una evolución económica inesperada como la que puede surgir de una guerra. No obstante, rechaza adelantarse a las circunstancias y apartarse ya ahora del objetivo del déficit, al que Berlín deberá en principio atenerse para evitar que derive en multa real el procedimiento abierto por la Unión Europea por superar en 2002 el límite del tres por ciento del Producto Interior Bruto.
En la entrevista el canciller reafirma su intención de llevar adelante las reformas sociales y estructurales anunciadas recientemente y que han sido duramente criticadas por los sindicatos. Schroeder está convencido de que también los sindicatos acabarán aceptando que para que Alemania pueda seguir desempeñando "un papel en el concierto internacional" debe reformar el estado social. El plan de Schroeder prevé, entre otras cosas, recortar los subsidios al desempleo y reducir los gastos de la sanidad pública para animar a los desempleados a reincorporarse al mercado laboral y abaratar los costes sociales del empleo.
Esta reforma ha sido criticada por los sindicatos, que han anunciado un "mayo caliente" en protesta por unas medidas que consideran recaen sobre los más débiles –“desempleados y enfermos”–.
En la entrevista el canciller reafirma su intención de llevar adelante las reformas sociales y estructurales anunciadas recientemente y que han sido duramente criticadas por los sindicatos. Schroeder está convencido de que también los sindicatos acabarán aceptando que para que Alemania pueda seguir desempeñando "un papel en el concierto internacional" debe reformar el estado social. El plan de Schroeder prevé, entre otras cosas, recortar los subsidios al desempleo y reducir los gastos de la sanidad pública para animar a los desempleados a reincorporarse al mercado laboral y abaratar los costes sociales del empleo.
Esta reforma ha sido criticada por los sindicatos, que han anunciado un "mayo caliente" en protesta por unas medidas que consideran recaen sobre los más débiles –“desempleados y enfermos”–.
