L. D. / Agencias.
Según fuentes de la investigación, el etarra Fernando García Jodrá confesó ante la Guardia Civil su participación en los asesinatos del ex ministro socialista Ernest Lluch, cometido el 21 de noviembre de 2000 en Barcelona; del concejal del PP José Luis Ruiz Casado, el 21 de septiembre de 2000 en San Adriá del Besós (Barcelona); del edil popular Francisco Cano Consuegra en Viladecavalls (Barcelona), el 14 de diciembre de 2000; y del guardia urbano de Barcelona Juan Miguel Gervilla Valladolid, el 20 de diciembre de 2000.
El presunto jefe del "comando" explicó que José Ignacio Krutxaga, detenido el 10 de enero de 2001, fue el autor de los dos disparos que acabaron con la vida de Lluch, mientras que Liarni Armendáriz, arrestada el mismo día, fue quien colocó la bomba-lapa en la furgoneta del concejal Cano Consuegra, que acabó con su vida. Jodrá fue quien condujo el coche para trasladar a Krutxaga a matar al ex ministro socialista.
García Jodrá también reconoció la colocación de una bomba en los jardines Clara Campoamor de Barcelona, el 2 de noviembre de 2000, coincidiendo con la visita a la Ciudad Condal del presidente del Gobierno, José María Aznar, atentado en el que resultaron heridas dos personas, entre ellas un guardia urbano.
Objetivos marcados desde Francia
Según ha asegurado, desde Francia llegaron a Barcelona con objetivos marcados para atentar contra políticos, militares y periodistas. Uno de esos objetivos, según la documentación intervenida al "comando", era el ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pedro Ferreras.
García Jodrá dijo al juez Baltasar Garzón que el objetivo de matar a Ernest Lluch fue marcado directamente por la organización de ETA en Francia. Jodrá especificó que el "comando" tenía como objetivos generales a todos los altos cargos del PSOE, pero que para atentar contra un miembro del PSC (Partido Socialista de Cataluña) debían pedir autorización a la dirección en Francia. Del mismo modo, tenían que pedir autorización cuando querían atentar contra un periodista, un militar o un fiscal.
Atentar contra Luis del Olmo
García Jodrá relató días atrás a la Guardia Civil que el "comando Barcelona" intentó asesinar a Luis del Olmo en ocho ocasiones entre junio y diciembre del año 2000, y que el periodista se convirtió en un objetivo "casi personal" suyo, aunque la dirección etarra dió el visto bueno a su asesinato.
Los miembros del "comando" (entonces Jodrá, Krutxaga y Armendáriz) elaboraron informaciones sobre Del Olmo, y en junio de 2000 intentaron matarle por vez primera con un coche-bomba (un Renault 19), pero fallaron. Dos días después lo intentaron de nuevo, sin éxito. El tercer y cuarto intento lo prepararon para dispararle un tiro en la nuca, pero el periodista no apareció en el lugar donde lo esperaban. En la quinta ocasión, en septiembre de 2000, pretendieron matarle también con coche-bomba, pero Luis del Olmo cambió de costumbres e itinerarios, y el atentado se frustró de nuevo. La sexta vez falló el detonador del coche-bomba, y una séptima vez volvió a fallar el detonador.
La última ocasión fue el 20 de diciembre de 2000, en el que prepararon un coche-bomba (un Fiat), pero antes les descubrió el guardia urbano Juan Miguel Gervilla, al que asesinaron. Aquel día, el guardia sospechó de los etarras al ver a Jodrá entrar en el coche abriendo la cerradura con un destornillador. El terrorista forcejeó con él, y Kruchaga disparó dos tiros al policía, que acabaron con su vida.
Más datos facilitados por los detenidos
Días antes de la detención de Krutxaga y Armendáriz, el 10 de enero de 2001, el "comando" intentó atentar contra la sede de Correos en la ciudad condal.
Según su declaración ante el juez Garzón, tras la primera desarticulación del "comando", García Jodrá huyó a Francia, donde la banda le puso en contacto con Unai López de Ocariz y Nerea Bengoa, con quienes se reunió en Barcelona en julio de 2001. Los otros dos estuvieron un año haciendo cursillos de armas y explosivos en territorio galo, luego fueron a Pamplona en coche, y desde allí a la ciudad condal en autobús. García Jodrá había llegado a Barcelona en mayo, y les fue a recibir en julio, mientras que el material explosivo que les fue incautado les llegó este mes de agosto.
Por su parte, López de Ocáriz dijo a la Guardia Civil que pertenece a ETA desde 1999, y que tras la desarticulación del "comando Araba", se fugó a Francia. Allí le pusieron en contacto con Nerea Bengoa, y fueron a Barcelona en julio. Unai López destacó que no participó en ninguna acción del "comando Barcelona", que estuvo un año en Francia haciendo cursillos de explosivos, y que su contacto en Francia con ETA era Luis Eduardo Roncero Retortillo.
Los colaboradores, también a prisión
Pedro Álvarez Fernández declaró a la Benemérita que no sabía que García Jodrá era de ETA, que el terrrorista se le presentó en Barcelona y le dijo que le habían hablado de él, pidiéndole datos de concejales de la zona de Mataró. Álvarez se los dio. Añadió que García Jodrá le pidió el coche para trasladar material explosivo, pero agregó que él no sabía para qué era.
En cuanto a Laura Riera, trabajaba en el Ayuntamiento de Tarrasa, y a través del ordenador disponía de datos de tráfico relativos a matrículas de coches, modelos, domicilios y teléfonos de los dueños. Su contacto en ETA era Zigor Larredonda, un líder del movimiento "okupa" en la zona de Tarrasa que fue detenido en enero de este año, tras caer el anterior "comando Barcelona". Larredonda le pasaba los datos a García Jodrá. Sin embargo, Riera señala que no sabía que Zigor estaba relacionado con ETA y que no conocía a Jodrá. Descubrió que el primero estaba vinculado a ETA cuando fue detenido.
En su declaración ante el juez Baltasar Garzón, García Jodrá y Unai López de Ocáriz han reconocido su pertenencia a ETA, mientras que los otros tres detenidos la negaron. Pedro Alvarez y Laura Riera negaron además cualquier colaboración con la banda terrorista, pese a que ambos han reconocido ante la Guardia Civil que dieron datos a sus amigos . García Jodrá explicó al juez que pertenece a ETA desde que vivía con Krutxaga en Barcelona. Según dijo, la organización le dio pistolas y dinero.
Con información de Efe, Europa Press y fuentes propias.
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El presunto jefe del "comando" explicó que José Ignacio Krutxaga, detenido el 10 de enero de 2001, fue el autor de los dos disparos que acabaron con la vida de Lluch, mientras que Liarni Armendáriz, arrestada el mismo día, fue quien colocó la bomba-lapa en la furgoneta del concejal Cano Consuegra, que acabó con su vida. Jodrá fue quien condujo el coche para trasladar a Krutxaga a matar al ex ministro socialista.
García Jodrá también reconoció la colocación de una bomba en los jardines Clara Campoamor de Barcelona, el 2 de noviembre de 2000, coincidiendo con la visita a la Ciudad Condal del presidente del Gobierno, José María Aznar, atentado en el que resultaron heridas dos personas, entre ellas un guardia urbano.
Objetivos marcados desde Francia
Según ha asegurado, desde Francia llegaron a Barcelona con objetivos marcados para atentar contra políticos, militares y periodistas. Uno de esos objetivos, según la documentación intervenida al "comando", era el ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pedro Ferreras.
García Jodrá dijo al juez Baltasar Garzón que el objetivo de matar a Ernest Lluch fue marcado directamente por la organización de ETA en Francia. Jodrá especificó que el "comando" tenía como objetivos generales a todos los altos cargos del PSOE, pero que para atentar contra un miembro del PSC (Partido Socialista de Cataluña) debían pedir autorización a la dirección en Francia. Del mismo modo, tenían que pedir autorización cuando querían atentar contra un periodista, un militar o un fiscal.
Atentar contra Luis del Olmo
García Jodrá relató días atrás a la Guardia Civil que el "comando Barcelona" intentó asesinar a Luis del Olmo en ocho ocasiones entre junio y diciembre del año 2000, y que el periodista se convirtió en un objetivo "casi personal" suyo, aunque la dirección etarra dió el visto bueno a su asesinato.
Los miembros del "comando" (entonces Jodrá, Krutxaga y Armendáriz) elaboraron informaciones sobre Del Olmo, y en junio de 2000 intentaron matarle por vez primera con un coche-bomba (un Renault 19), pero fallaron. Dos días después lo intentaron de nuevo, sin éxito. El tercer y cuarto intento lo prepararon para dispararle un tiro en la nuca, pero el periodista no apareció en el lugar donde lo esperaban. En la quinta ocasión, en septiembre de 2000, pretendieron matarle también con coche-bomba, pero Luis del Olmo cambió de costumbres e itinerarios, y el atentado se frustró de nuevo. La sexta vez falló el detonador del coche-bomba, y una séptima vez volvió a fallar el detonador.
La última ocasión fue el 20 de diciembre de 2000, en el que prepararon un coche-bomba (un Fiat), pero antes les descubrió el guardia urbano Juan Miguel Gervilla, al que asesinaron. Aquel día, el guardia sospechó de los etarras al ver a Jodrá entrar en el coche abriendo la cerradura con un destornillador. El terrorista forcejeó con él, y Kruchaga disparó dos tiros al policía, que acabaron con su vida.
Más datos facilitados por los detenidos
Días antes de la detención de Krutxaga y Armendáriz, el 10 de enero de 2001, el "comando" intentó atentar contra la sede de Correos en la ciudad condal.
Según su declaración ante el juez Garzón, tras la primera desarticulación del "comando", García Jodrá huyó a Francia, donde la banda le puso en contacto con Unai López de Ocariz y Nerea Bengoa, con quienes se reunió en Barcelona en julio de 2001. Los otros dos estuvieron un año haciendo cursillos de armas y explosivos en territorio galo, luego fueron a Pamplona en coche, y desde allí a la ciudad condal en autobús. García Jodrá había llegado a Barcelona en mayo, y les fue a recibir en julio, mientras que el material explosivo que les fue incautado les llegó este mes de agosto.
Por su parte, López de Ocáriz dijo a la Guardia Civil que pertenece a ETA desde 1999, y que tras la desarticulación del "comando Araba", se fugó a Francia. Allí le pusieron en contacto con Nerea Bengoa, y fueron a Barcelona en julio. Unai López destacó que no participó en ninguna acción del "comando Barcelona", que estuvo un año en Francia haciendo cursillos de explosivos, y que su contacto en Francia con ETA era Luis Eduardo Roncero Retortillo.
Los colaboradores, también a prisión
Pedro Álvarez Fernández declaró a la Benemérita que no sabía que García Jodrá era de ETA, que el terrrorista se le presentó en Barcelona y le dijo que le habían hablado de él, pidiéndole datos de concejales de la zona de Mataró. Álvarez se los dio. Añadió que García Jodrá le pidió el coche para trasladar material explosivo, pero agregó que él no sabía para qué era.
En cuanto a Laura Riera, trabajaba en el Ayuntamiento de Tarrasa, y a través del ordenador disponía de datos de tráfico relativos a matrículas de coches, modelos, domicilios y teléfonos de los dueños. Su contacto en ETA era Zigor Larredonda, un líder del movimiento "okupa" en la zona de Tarrasa que fue detenido en enero de este año, tras caer el anterior "comando Barcelona". Larredonda le pasaba los datos a García Jodrá. Sin embargo, Riera señala que no sabía que Zigor estaba relacionado con ETA y que no conocía a Jodrá. Descubrió que el primero estaba vinculado a ETA cuando fue detenido.
En su declaración ante el juez Baltasar Garzón, García Jodrá y Unai López de Ocáriz han reconocido su pertenencia a ETA, mientras que los otros tres detenidos la negaron. Pedro Alvarez y Laura Riera negaron además cualquier colaboración con la banda terrorista, pese a que ambos han reconocido ante la Guardia Civil que dieron datos a sus amigos . García Jodrá explicó al juez que pertenece a ETA desde que vivía con Krutxaga en Barcelona. Según dijo, la organización le dio pistolas y dinero.
Con información de Efe, Europa Press y fuentes propias.
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