Gescartera, Sintel y el terrorismo se reparten este lunes el protagonismo en portadas y editoriales de prensa. El Mundo ofrece nuevos detalles del escándalo que pueden arrojar más luz a la hora de concretar las posibles responsabilidades políticas del mismo, mientras que La Razón informa de nuevas víctimas de la estafa.
El Mundo publica que el director de Supervisión de la CNMV, David Vives, detectó en marzo de 1999, un apunte falso por el que 650 de los mil millones entregados por el Arzobispado de Valladolid a Gescartera aparecían invertidos en inexistentes obligaciones de Telefónica. El ecónomo corroboró el fraude y logró que Camacho le rembolsara los 1000 millones con un talón contra la Cuenta General de Clientes. Convocados por la CNMV, Camacho y sus colaboradores trataron en vano, el 30 de marzo de 1999 de convencer a Vives y al ecónomo del Arzobispado de que todo se debía a un simple error contable.
Ante el temor de que Gescartera fuese intervenida, El Mundo asegura que Pilar Giménez-Reina pidió a su hermano, entonces director general de Tributos, que hiciese gestiones a su favor. El 16 de abril, ante un consejo extraordinario de la CNMV, Vives explicó la situación, pero su jefe directo, Luis Ramallo, se mostró partidario de tratar con benevolencia a Gescartera, al igual que el presidente de la CNMV Fernández-Armesto, quien se negó incluso a que se enviase una circular a todos los clientes para que corroboraran la exactitud de sus saldos. El expediente se prolongó nada menos que 15 meses y el mismo 13 de junio de 2000 en que Gescartera fue elevada al rango de Agencia de valores, el asunto, como se sabe, se zanjó en siete millones de multa y sin que se hiciese público el asunto.
El descubrimiento un año más tarde de certificados falsos de depósitos en La Caixa y el BSCH llevó a la CNMV a la intervención pura y dura. El Mundo se pregunta, con toda lógica, por qué no se adoptó esa medida en abril de 1999, lo que hubiera evitado la estafa a cientos de inversores. ¿Por qué ni siquiera se envió una circular a los clientes para averiguar la verdadera situación de Gescartera? Para El Mundo, el Parlamento no sólo debe investigar la conducta de Fernández-Armesto sino también las responsabilidades políticas de su sospechosa pasividad.
La Razón centra su portada en informar que numerosos vecinos de Villar de Olalla (Cuenca) invirtieron sus ahorros en Gescartera. La Razón remarca así el alcance de una estafa que no sólo afecta a las grandes instituciones como la ONCE o la Iglesia, sino también a numerosos pequeños y anónimos ahorradores.
El País, por su parte, encabeza su portada con la noticia de que el hijo de Mas Canosa ha sido acusado en Miami de llevarse dinero de Sintel. La demanda aceptada contra él sostiene que el hijo del conocido empresario urdió una trama con la que se embolsó de forma fraudulenta al menos 1200 millones de pesetas de la antigua filial de Telefónica, la cual quebró el pasado mes de mayo.
ABC, además de hacerse eco del ataque proetarra contra la comisaría de la Ertzaintza en Mondragón, revela que un documento de ETA reconoce la división interna en Batasuna. Para este diario es la propia banda la que con su preocupación confirma la idoneidad de la política que contra ella se está aplicando, tanto en el frente político como en el policial.
El terrorismo, por último, también protagoniza la crónica internacional, al hacerse eco todas las portadas de los siete muertos y 80 heridos que en Israel causó el domingo tres atentados palestinos.

Gescartera, Sintel y el terrorismo
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