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Ni responsabilidades políticas ni terrestres

La reunión de Blair con los principales líderes europeos para debatir su aportación a la guerra contra el terrorismo es el principal frente informativo, junto a las conclusiones de los partidos políticos sobre el caso Gescartera, que abordan las portadas de la prensa del día.

El Mundo y ABC dedican un editorial muy escueto a la cena que el domingo compartieron en Londres los dirigentes de los cinco principales países europeos. Dadas las escasas conclusiones que se han hecho públicas de esa reunión, El Mundo destaca que la presencia de Italia y España responde a anteriores quejas italianas tras otra cumbre restringida, y reúne (con protestas de los países pequeños) a los que pueden “hacer una aportación militar importante”. En esta explicación y en la intensidad de los bombardeos sobre Mazar-i-Sharif, este diario ve indicios de que se acerca “una nueva fase, quizá ya de ataque terrestre, en la que cada vez se precisa más la posibilidad de que Europa desempeñe algún papel activo”. ABC, sin embargo, enfoca más esta reunión hacia el frente diplomático “sobretodo los intensos movimientos en Oriente Medio –piedra angular de la crisis– lo que confirma el interés de los grandes de la UE por tener una sola voz en momentos tan críticos”.

La Vanguardia es el único diario que da relieve en su portada a que EE UU ha admitido que las fuerzas talibán siguen casi intactas y que el Pentágono continúa resistiéndose a una masiva ofensiva terrestre. “Los analistas –señala en su editorial– dudan de que la Alianza del Norte pueda, con el apoyo de un puñado de soldados estadounidenses y de los bombardeos, acabar con los talibán. George W. Bush tiene planteado, pues, un grave dilema: desencadenar o no una ofensiva en toda regla.”

La prensa, que ha abordado la trágica necesidad de asumir víctimas civiles en esta guerra, continúa sin tratar la también dramática, pero mucho más ineludible, necesidad de afrontar víctimas militares aliadas. Se dice que hay que seguir bombardeando ese país de la edad de piedra, pero nadie dice que queda por bombardear. Para hacer lo que los aliados deberían hacer en Afganistán, confiar únicamente en los B-52 no es menos irracional que la fe en Alá que tienen los terroristas y sus cómplices como factor decisivo para la victoria. El único artículo que aborda tangencialmente esta cuestión es el que escribe Xavier Batalla en La Vanguardia: “Corea, el primer conflicto caliente de la guerra fría, deparó una lección que ahora suena a advertencia, a pesar de que los casos tengan poco en común: los norteamericanos, al optar políticamente por el estancamiento militar, se refugiaron en la fuerza aérea para no poner en peligro la vida de sus soldados”. Batalla también cita al historiador Fehrenbach: “Puedes volar sobre la tierra eternamente; puedes bombardearla, atomizarla, pulverizarla, e incluso eliminar todo tipo de vida. Pero si lo que deseas es defender tu civilización, entonces tienes que luchar sobre el terreno”. El historiador Arthur Schlesinger Jr., al preguntarse ahora si EE UU quedará atrapado en otro Vietnam, donde los B-52 dejaron caer más bombas que en toda la II Guerra Mundial, ha recordado lo que Robert Lovett, secretario de Defensa con Harry Truman, le dijo a Robert Kennedy: “Un juicio acertado es normalmente el resultado de la experiencia. Y la experiencia es frecuentemente el resultado de un juicio equivocado”.

El País tampoco dedica editorial alguno al caso Gescartera, pero en portada informa de un asunto concerniente a Rato que seguro que dará que hablar: Las seis emisoras de la familia del vicepresidente, con una audiencia de 26.000 oyentes, recibieron 40 millones de Repsol en Publicidad. Arrimando el ascua a su sardina, el diario de Prisa compara estos datos con los 67 millones que en el mismo periodo recibirá de Repsol la SER, “que tiene casi 200 emisoras y más de 10 millones de oyentes”.

El Mundo, por su parte, en una línea muy similar a la expresada por La Razón, reitera su ya conocida tesis sobre el caso a la hora de analizar las conclusiones del PP: El partido del Gobierno acierta al exculpar a Rato pero no a la CNMV y a Ramallo; una conclusión con apariencia de crítica que, para el Ejecutivo, no deja de ser políticamente correcta.

ABC, finalmente, apenas aborda el caso y lo despacha, como telón de fondo, en un editorial que dedica a su noticia de portada: “La vieja guardia del PSOE cuestiona la eficacia de la oposición suave de Zapatero”. Aunque este diario no da nombres, “la oposición dura y tenaz que reclaman los viejos líderes socialistas no está en las previsiones de los nuevos dirigentes, que han asumido la tesis del cambio tranquilo como una bandera capaz de conquistar La Moncloa sin recurrir al juego sucio o la política basura, salvo algunas incontinencias contra Rato”.

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