L D (EFE)
La localidad guipuzcoana, al igual que el vecino municipio de Irún, vive en los últimos seis años momentos de tensión en sus respectivos Alardes a causa de la existencia de intentos, minoritarios en ambas poblaciones, de incorporar a la mujer como soldado en este desfile de corte militar. A primeras horas de la mañana formó filas el centenar de personas que integra la compañía Jaizkibel y, tras recoger a su cantinera, se dirigió hacia el paseo Árbol de Guernica de Fuenterrabía, donde a las 8,30 horas se reúnen las veinte compañías del Alarde y los hacheros. Cuando la agrupación mixta se encontraba a unos de 300 metros de distancia de este lugar, un cordón policial desplegado por la Ertzaintza impidió que accediera al punto de partida del Alarde sin que se registrara ningún altercado ni forcejeo, a diferencia de lo sucedido hasta hace dos años.
Tras hablar con el mando policial del dispositivo establecido por la Ertzaintza, la capitana de Jaizkibel, Ixabel Alkain, informó de que los agentes no les iban a dejar incorporarse al desfile al no contar con la autorización de sus organizadores, por lo que anunció que el batallón mixto protagonizaría una acción “simbólica”. Esta agrupación desfiló en solitario por el barrio de Soroeta escoltada por la Ertzaintza y apoyada por medio millar de seguidores, mientras que varios miles de personas presenciaban desde las calles principales de la localidad el desfile de armas de las otras veinte compañías que rememoran la victoria de las milicias forales sobre las tropas francesas en 1638.
El momento de mayor tensión tuvo lugar una vez rompió filas la agrupación mixta, ya que sus integrantes se dirigieron al punto en el que concluye el recorrido del resto de compañías para corear consignas en euskera como “mujeres en el Alarde” y desplegar una pancarta con esta misma reivindicación. Arropando a Jaizkibel se encontraba la directora del Instituto Vasco de la Mujer y la defensora del Pueblo en el País Vasco, la ararteko en funciones Mertxe Agúndez, quienes destacaron que “seguirán luchando” desde las instituciones para garantizar la participación de las mujeres soldado, y resaltaron la importancia de que no se registraran incidentes.
Tras hablar con el mando policial del dispositivo establecido por la Ertzaintza, la capitana de Jaizkibel, Ixabel Alkain, informó de que los agentes no les iban a dejar incorporarse al desfile al no contar con la autorización de sus organizadores, por lo que anunció que el batallón mixto protagonizaría una acción “simbólica”. Esta agrupación desfiló en solitario por el barrio de Soroeta escoltada por la Ertzaintza y apoyada por medio millar de seguidores, mientras que varios miles de personas presenciaban desde las calles principales de la localidad el desfile de armas de las otras veinte compañías que rememoran la victoria de las milicias forales sobre las tropas francesas en 1638.
El momento de mayor tensión tuvo lugar una vez rompió filas la agrupación mixta, ya que sus integrantes se dirigieron al punto en el que concluye el recorrido del resto de compañías para corear consignas en euskera como “mujeres en el Alarde” y desplegar una pancarta con esta misma reivindicación. Arropando a Jaizkibel se encontraba la directora del Instituto Vasco de la Mujer y la defensora del Pueblo en el País Vasco, la ararteko en funciones Mertxe Agúndez, quienes destacaron que “seguirán luchando” desde las instituciones para garantizar la participación de las mujeres soldado, y resaltaron la importancia de que no se registraran incidentes.
