Hace meses, desde el Comité Federal del 12 de enero, que no había expectación ni periodistas a la entrada de la calle Ferraz, 70. La convocatoria de la Ejecutiva Federal de este lunes ha sido distinta. La convulsión interna provocada por el destape de Eduardo Madina ha devuelto la expectación a un PSOE que vuelve a abrir el debate por la sucesión. El secretario general del grupo socialista en el Congreso se paró ante los medios de comunicación, respondió a todas sus preguntas pero no quiso desvelar sino dejar caer sus intenciones. No descarta nada, ni sus intenciones ni que diversos barones le hayan pedido presentarse. Tan sólo repite, hasta cuatro veces, un titular muy estudiado: "ya se verá".
"Como soy consciente de que éste es un partido democrático, eso implica un cierto respeto a los tiempos y a los procedimientos. Y como el partido ahora mismo no está en primarias, éstas ya llegarán, cuando lleguen, todo se verá", fueron sus palabras a la entrada de la Ejecutiva.
Quiso dejar claro que "el partido está trabajando en la convocatoria de sus ponencia política y el partido socialista hace muy bien en estar en eso. Y todos los que formamos parte del partido yo creo que también hacemos muy bien en estar centrados en eso".
También explicó que "mi partido se comunica y habla, los unos con los otros, y es consciente de que el momento que vive el país es de enorme dificultad". Pero acto seguido, volvió a repetir una vez más que "el congreso de Sevilla fijó unas primarias abiertas para el futuro del psoe, de cara a la presidencia del Gobierno. Cuando se convoquen, todo se verá".
Una idea fuerza con la que dice pero no dice; con la que deja claro que, aunque todavía en su fuero interno, aspira y pretende batirse en duelo por el poder en el PSOE.