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Los andaluces afean la corrupción pero uno de cada tres usaría tarjetas 'black'

En el VII Informe Foessa, Andalucía aparece con un alto grado de exclusión social. La región es candidata a ser pasto del populismo.

Las últimas encuestas realizadas en Andalucía arrojan lo que podría considerarse un espinoso "síndrome confusional" de moda reciente por sufrirla un rico ugestista asturiano. Por una parte se considera que la corrupción es un mal social y político; por la otra, uno de cada tres usaría las llamadas tarjetas Black si tuviera oportunidad. La última encuesta conocida la ha hecho la Universidad de Granada. En el VII Informe Foessa, Andalucía aparece con un alto grado de exclusión social. Esta combinación, según los autores de la encuesta, la hace candidata a ser pasto del populismo.

La encuesta realizada a mediados del pasado octubre por la empresa Datacom para Universidad de Granada, refleja un "enfado generalizado" de los entrevistados respecto a los numerosos casos de corrupción que han salido a la luz, y eso que fue realizada antes de estallar casos como el de la operación Púnica. De todos modos y con los importantísimos casos de corrupción en los juzgados andaluces, un 73% de los andaluces no cree que en Andalucía haya más corrupción que en el conjunto nacional.

Un 65 por ciento de los entrevistados animan a tener "mano dura" frente a los políticos corruptos y exigen que "los partidos expulsen a quienes tengan simplemente indicios" de una actitud corrupta, sin previa imputación judicial ni juicio. Sólo un 23% considera que el definitivo apartamiento de un cargo de su responsabilidad institucional se debe producir cuando éste tenga una condena judicial firme.

Lo curioso y "confusional" es que en la misma encuesta un 34 por ciento admite que usaría instrumentos "corruptos" como las llamadas tarjetas de crédito "black" –las mismas que usaban directivos de Caja Madrid y Bankia- si su empresa las pusiese a su disposición.

Según los autores de la encuesta, el resultado obtenido muestra un campo abonado para el populismo. Incluso aunque dos de cada tres consideran que lo que Podemos propone es irrealizable, creen también que a Podemos hay que escucharlo.

Otro indicio del "síndrome confusional" que parece reflejar la encuesta de la Universidad granadina es el rechazo generalizado de los andaluces, dos de cada tres, al debate independentista de Cataluña porque Cataluña es parte de España. Sin embargo, tres de cada diez andaluces serían partidarios de la secesión catalana si las autoridades de la Generalidad declararan unilateralmente la independencia.

La encuesta tiene lugar en un momento en que la exclusión social de los andaluces es más severa incluso que la media nacional. 34 años después de la primera victoria socialista en Andalucía. Un millón de andaluces, en torno a 334.000 hogares, sufren una situación de exclusión severa y los hogares que no padecen ningún tipo de dificultad en su día a día son ya minoría según el VII Informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España.

El 34% de la población andaluza no cuenta ya con ningún familiar que le pueda ayudar económicamente cuando la situación económica aprieta. La red de ayuda familiar para estos 2,8 millones de andaluces ha mermado considerablemente en los últimos años y amenaza con empujarlos a una situación de exclusión social grave.

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