El Gobierno dio por rotas las negociaciones y a primera hora de este jueves anunció que no iba a asistir a la toma de posesión de Quim Torra como presidente de Cataluña. Según las fuentes consultadas, la Generalidad intentó imponer "el nivel de delegación gubernamental" en el acto, extremo que no Moncloa.
"El modelo de acto organizado por la Generalitat degrada la propia dignidad de la institución", denunció oficialmente el Ejecutivo, que mantuvo en las últimas horas el suspense sobre su papel en la toma de posesión.
En un primer momento no se descartó la asistencia de Soraya Sáenz de Santamaría u otros miembros del Ejecutivo. Pero el equipo de Torra reclamó un representante gubernamental "de nivel administrativo". Esto es, un subsecretario de Estado o de rango todavía menor. Y en Moncloa se negaron ya que "nadie impone al Gobierno a quién tiene que enviar". "Querían que fuera el bedel", remataron las fuentes consultadas.
Cabe recordar que, en aplicación del artículo 155 de la Constitución, la preparación de la toma de posesión recaía en el Gobierno.