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El Gobierno niega la autodeterminación, pero ofrece "lealtad federal" y más dinero a la Generalidad

La primera comisión bilateral en siete años acaba con un calendario "estatutario" para negociar traspasos y recursos. 

La primera comisión bilateral en siete años acaba con un calendario "estatutario" para negociar traspasos y recursos. 
La comisión duró casi cuatro horas | EFE

El Gobierno y la Generalidad se han reunido y han acordado un calendario para sucesivas reuniones de subcomisiones bilaterales. Después de siete años, el reencuentro ha consistido en una "cumbre" de tres horas y media con un programa denso, trece puntos, autodeterminación, presos y fugados incluidos entre traspasos de competencias, techos de gasto, financiación e infraestructuras. Satisfacción por parte del Gobierno. Decepción en la Generalidad, que acepta negociar a pesar de los presos y el yugo constitucional que les impide hacer efectiva la república proclamada

La ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, ha querido poner el acento en la importancia del nuevo marco de diálogo y negociación, así como en los detalles técnicos de la primera comisión bilateral en siete años. Después de tres horas y media de reunión, la conclusión de la ministra es que se ha recuperado el diálogo como método, pero que persisten las "grandes discrepancias".

"No existe el derecho de autodeterminación, no existe en el marco constitucional interno ni en el internacional", se ha visto obligada a concretar la ministra. Para quitar hierro a sus palabras, alegó que "no es un buen mecanismo para resolver el problema político de fondo. Si queremos resolverlo tenemos que hacer política y llegar a acuerdos". La vía, según Batet, es una reforma estatutaria.

En cuanto a los presos y evadidos, la ministra ha explicado que "ellos han planteado el tema de los presos en el capítulo de derechos y libertades y nosotros les hemos dicho que todas aquellas cuestiones que están en vía judicial escapan de las competencias del Ejecutivo y por eso nos hemos querido centrar en lo que sí podemos llegar a acuerdos".

La lealtad federal

La ministra ha aprovechado también la comparecencia posterior para vender el proyecto del Gobierno para Cataluña, que es culminar traspasos pendientes, disminuir la conflictividad entre gobiernos, la lealtad institucional, ver qué inversiones son necesarias para Cataluña. La voluntad del Gobierno es ser el Gobierno de todos los españoles, lo que incluye a los catalanes con independencia de su ideología". Dinero y reforma del Estatuto si es caso. Y un pacto institucional de "lealtad federal", guiño a la parroquia de la "tercera vía" y al independentismo menos hiperventilado.

La decepción del consejero de Exteriores y Relaciones Internacionales, Ernest Maragall, era patente. Ha reconocido el cambio de talante, pero ha denunciado que la ministra no había hablado en ningún momento de ese proyecto durante la reunión. "Nuestra conclusión no puede ser de satisfacción, pero hemos hecho lo que teníamos que hacer, constatar las dificultades, las distancias y las discrepancias", ha advertido Maragall.


Las dos negativas del Gobierno

En su versión, "la reunión ha sido de buen tono, correcta, larga y dura, además de franca, una medida de la distancia entre los dos conceptos de normalidad. Nosotros queríamos hablar de todas las normalidades que tenemos perdidas, negadas y humilladas. Por eso nos sentíamos obligados a hablar de presos, perseguidos, imputados. También queríamos hablar de una segunda normalidad, la normalidad del respeto por el autogobierno y diálogo bilateral. En esto hemos avanzado un poco. Y por fin queríamos entrar en la normalidad de los derechos políticos. Hemos acabado con la conclusión de no a la primera. No también absoluto a la tercera. Este no es el ámbito, no es el momento, no nos toca hablar de los derechos de los catalanes sobre su futuro. Y en la segunda, hemos podido entrar pero con unas limitaciones explícitas".

Justificación del diálogo

A pesar de las negativas del Gobierno, Maragall insistió en justificar el diálogo institucional con el Gobierno: "Lo que hay es calendario de trabajo para los próximos meses. Nosotros hemos entrado en esta materia por una cuestión de responsabilidad institucional y no tenemos derecho a no defender los intereses de nuestro país y de nuestros ciudadanos".

La ministra también se felicitó por el establecimiento de subcomisiones y de un calendario de reuniones, todo lo cual formaría parte de ese plan Sánchez para Cataluña que incluiría además la normalidad y la neutralidad institucional. Así, deslizó que "hemos escuchado sus planteamientos sobre los derechos y libertades. Nosotros creemos en primer lugar que los gobiernos y las administraciones actuamos bajo control parlamentario y para eso es necesario el normal funcionamiento del Parlament. También les hemos trasladado la importancia que creemos que tiene que las instituciones se sometan a un principio de neutralidad institucional. También pedimos neutralidad en el espacio público. Respecto a las vías democráticas, el Govern nos ha pedido constituir un grupo de trabajo. Nos ha parecido que no era pertinente en el marco de la comisión bilateral. No es su función replantear el marco constitucional. La auténtica política son servicios públicos y la participación de la Generalidad en las conferencias sectoriales. Lo que interesa al Estado es una política de atención al ciudadano".

Calentón de Maragall

Maragall se fue calentando durante la rueda de prensa y aseguró que "nos ha parecido que estaban pensando más en la reunión de Sánchez con Casado que en la comisión bilateral". "Me sorprende -añadió- la frialdad con la que abordan que haya presos. Espero que en las próximas semanas o meses haya una recuperación por la vía que sea de la normalidad democrática en relación a presos y 'exiliados'".

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