El 24 de mayo de 2015 Podemos ‘asaltó’ las grandes ciudades. En las últimas elecciones municipales y autonómicas, los de Pablo Iglesias y las plataformas en las que participaban se hicieron con los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, Santiago y La Coruña.
"Las grandes ciudades son ejemplo del cambio histórico", fue uno de los mantras que utilizó Iglesias en sus mítines de la campaña de las últimas generales. Tres años después, estos consistorios son más conocidos por sus escándalos que por sus medidas para mejorar la vida de los ciudadanos.
Polémicas que, sumadas a las diferencias que han surgido estos meses con sus respectivas oposiciones -como es el caso de la ruptura del pacto en Barcelona ente Ada Colau y el PSC- hacen que reeditar las victorias en los comicios de 2019 se vea como una meta lejana. Fuentes del partido morado sólo ven "posibilidades claras" en Cádiz , pero la ciudad es una manzana envenenada para los morados.
Barcelona, Zaragoza...
En ciudades como Barcelona o Zaragoza no es que lo vean "lejos", es que creen que es prácticamente imposible repetir. La alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau, ha sido reprobada por la oposición hasta en tres ocasiones en los últimos cuatro meses: por la "inseguridad" y el "deterioro" tras varios episodios de conflicto callejero con manteros, por su gestión de la crisis de los narcopisos y por los recortes en inversiones previstas para el resto de mandato.
Por su parte, Zaragoza en Común, el proyecto que lideró Pedro Santisteve y que incluía a Podemos, Izquierda Unida y movimientos sociales, ha perdido ya por completo el apoyo del PSOE, que fue el que le permitió hacerse con el poder.
En Madrid y en las ciudades gallegas fuentes de Podemos explican que tienen algo más de esperanza. Pero para ganar la capital, "Manuela Carmena tiene que confirmar su candidatura y hacer campaña sin generar mucha polémica con las primarias", explican desde la formación.
Cádiz, la manzana envenenada
La gran esperanza de los morados es Cádiz. Creen que es posible que José María González Kichi repita como alcalde de la ciudad pero esto tendría una parte negativa para la dirección de Podemos.
El Kichi fue la única cara conocida de Podemos que se atrevió a criticar la compra del chalé de más de 600.000 euros por parte de Pablo Iglesias e Irene Montero. "El código ético de Podemos no es una formalidad" sino "el compromiso de vivir como la gente corriente para poder representarla en las instituciones y supone renunciar a privilegios como el exceso de sueldo. Ni lo he pensado ni quiero dejar de vivir y criar a mis hijos en un piso de currante en el barrio gaditano de La Viña", dijo el miembro de la corriente anticapitalista en su día.
Unas críticas que empeoraron su relación con la cúpula morada que, según fuentes anticapitalistas, le ven como una amenaza al liderazgo de Pablo Iglesias. Por ello, una victoria del gaditano de Podemos sería un tanto electoral para el partido pero también le podría dar alas en su batalla contra la cúpula morada. Algo que no conviene en Madrid en una de las peores épocas de la cúpula morada.