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La guerra del taxi está perdida: lo que realmente buscan los VTC

Venezuela estalla y les birla a los taxistas las portadas.

El Mundo dice que "Trump reconoce a Juan Guaidó como presidente de Venezuela". "Los venezolanos protagonizaron una exhibición de fuerza contra un Gobierno ilegítimo que sólo se mantiene gracias al terror. Confiamos en que la libertad se abra camino en Venezuela con el apoyo internacional de todas las democracias dignas de ese nombre", dice el editorial en alusión a Pedro Sánchez, que de momento está a verlas venir. En casa, mandan los taxistas. "El Gobierno, impasible ante la radicalización de la guerra del taxi". Duro editorial de Rosell, que dice que la huelga "está naufragando entre el chantaje y violencia" en una "protesta cada vez más desquiciada". "Tan cierto es que los cabecillas más agresivos del movimiento no representan a todos los taxistas como que todos los taxistas pagarán el descrédito que se está extendiendo sobre el sector que los líderes dicen defender". Oírlos es como escuchar al mismísimo Pablo Iglesias.

El País dice que "el líder opositor venezolano se declara presidente interino apoyado por Trump". El periódico no se caracteriza por su rapidez a la hora de opinar, así que se hace un Sánchez y no se pronuncian. Sí editorializa sobre la huelga del taxi. "El conflicto del taxi se encona en Madrid con el cerco de Fitur". Hasta El País más podemita rechaza la violencia y la ocupación de las calles. "Los taxistas pretenden resolver su conflicto bloqueando las principales calles de Madrid y Barcelona, vulnerando de forma muy grave un derecho fundamental de los ciudadanos como la libre circulación, con agresiones y violencias". Mientras "las autoridades no han reaccionado ante esta protesta descontrolada con la presteza debida. La huelga del taxi se ha convertido en una demostración impune de fuerza de sus gremios frente a una administración muy lenta en la defensa de los derechos generales". "El gremio del taxi tiene derecho a defender sus reivindicaciones, pero no lo tiene a sembrar el caos y a tomar como rehenes a los ciudadanos para imponer unas exigencias cada vez mas extremas".

ABC: "Venezuela despierta contra el régimen". Rubido se pregunta "¿qué extraña razón se esconde para que el Gobierno de España no reconozca ya al presidente interino y legítimo de Venezuela, Juan Guaidó?". A saber, lo mismo es que su socio se podría cabrear. "Sería una situación vergonzosa que España no apoyara a a Guaidó en estos momentos, aunque para ello el presidente del Gobierno tenga que vencer el dogmatismo de sus aliados políticos, hijos ideológicos de Hugo Chávez". Vaya semanita lleva Sánchez. Los taxis en pie de guerra, Podemos en guerra abierta, y ahora Venezuela. Solo le falta que se le rompa el Falcon. Sobre el taxi, dice el editorial que "la deriva violenta de las protestas contra la empresas VTC está deslegitimando las razones que tiene el sector del taxi para demandar reformas en la normativa de sus competidores. Las imágenes de carreteras cortadas, de agresiones, de enfrentamientos con la policía o de insultos a periodistas y políticos les quitan la razón". Y encima Podemos respaldándoles, lo peor que les podría pasar para su causa.

La Razón exclama: "¡Guaidó presidente!". Marhuenda tampoco tiene dudas, "hay que estar con la democracia en Venezuela" y "España debe tener un papel central en estos momentos en apoyo a un cambio real en el país. Es necesaria una acción diplomática conjunta para abrir un proceso democrático en Venezuela". Cristina López Schlichting dice a los taxistas que abandonen toda esperanza. "La batalla del taxista es pan para hoy y hambre para mañana, una guerra perdida de antemano. Los VTC buscan hacerse con los mercados para manejar los precios y, finalmente, dirigirán las flotas de coches autónomos. No se qué harán entonces los trabajadores pero será otra era". Hombre, si será otra era estarán como poco jubilados.

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