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"En el PP hablan ya del riesgo de disolución"

Resaca electoral especialmente dura en el PP mientras los pactos tendrán que esperar.

El Mundo le restriega a Casado que "el PP perdió 1,6 millones de votos con Vox y 1,4 con Cs" mientras "Casado desoye las críticas y se ve legitimado para seguir". Francisco Rosell no se apiada del muchacho y le atiza de lo lindo. "No es una derrota más, sino la constatación del fracaso de una estrategia que ha conducido al hundimiento en las urnas y a la desconexión de buena parte de sus bases. Pablo Casado debe asumir el grave retroceso electoral y el deterioro de sus siglas", que vale que Rajoy le dejó una "herencia compleja" al no dimitir y entregar el Gobierno a Sánchez, pero "el PP afronta ahora una crisis de incierto final. El liderazgo de Casado se encuentra seriamente erosionado. Recogió un partido en estado comatoso, pero no ha evitado" el batacazo. Sin embargo, ahora "no está en condiciones de dimitir por la inminencia de los comicios de mayo". Pero su cabeza pende de un hilo. Lucía Méndez ajusta cuentas con su periódico en la etapa de Pedro J. y compara lo sucedido con el Congreso de Valencia de 2008 que ganó Rajoy. "Muchos de los protagonistas de aquella batalla interna, en la que Aznar y Esperanza Aguirre con el auxilio de algunos periodistas y medios de comunicación intentaron desbancar a Rajoy sin éxito, regresaron al mando del partido tras la elección de Casado. Son los mismos que perdieron aquel Congreso. Este 28-A lo han vuelto a perder. En las urnas", dice con evidente satisfacción. "No se puede decir que la hecatombe sea una sorpresa. La mayoría del PP la esperaba". Qué listos somos todos a toro pasado.

El País dice que "el PSOE descarta cerrar sus alianzas antes del 26-M". Que las tiene decididas pero no hay prisa por hacerlas públicas. El editorial también se ensaña con Casado. "El castigo del electorado al PP por reeditar los modos y el ideario del expresidente Aznar ha sido severo, y compromete la continuidad de Pablo Casado". Pero también trata de amargar a Rivera sus resultados, para todo el mundo excelentes menos para El País. "El número de escaños obtenido por Ciudadanos ha quedado lejos de sobrepasar a un PP en sus –no conviene olvidarlo– horas más bajas, y le obligaría a reconsiderar la idoneidad de las opciones realizadas por su líder, Albert Rivera. En lugar de ello, Rivera ha pretendido ocultar detrás del aumento de apoyos, importante pero limitado, la evidencia de haber conducido a la formación hasta un callejón sin salida", dice con indisimulado odio africano hacia Rivera. A cambio, le dedica grandes elogios a Podemos que, dice, "ha frenado la caída que vaticinaban las encuestas gracias a que Pablo Iglesias ha abrazado las posiciones de la socialdemocracia". Sí, sólo ha perdido 30 diputados. Los titulares, sin embargo, contradicen la línea editorial. "La formación de Rivera se consolida como tercera fuerza en buena parte de España. Cs adelanta al PP en caladeros como Andalucía y Madrid". "Cs logra el adelanto en la capital y deja a los populares como tercera fuerza". ¿Pero no le había ido tan mal a Rivera? Soledad, controla a tu redacción, que dejan tus editoriales a la altura del betún. Y con más cara que espalda dice que "Rivera cierra la puerta a una negociación con Sánchez". ¿No escucharon los cánticos de la militancia socialista? Con Rivera, no.

ABC está en la línea de El País. "Rivera dice no a Sánchez y sí a liderar el centro derecha". El periódico que dirige Bieito Rubido no levanta cabeza del disgusto. Dice el editorial que "la dirección del PSOE ha anunciado que intentará gobernar en solitario, en minoría, proyectando anticipadamente una imagen de gobierno centrado, capaz de pactar a derecha –Ciudadanos– e izquierda –Podemos–, evitando en lo posible a los independentistas. La opción sería un mal menor" pero no dan los números. "Sánchez tendrá que pactar con Iglesias y con formaciones nacionalistas para ser investido". ¿Tendrá? Por Dios, si lo está deseando. Y regaña a Rivera por estar "más interesado en su pulso por el liderazgo de la derecha que por el interés general". No es incompatible velar por el interés general y querer ser la alternativa a Sánchez, digo yo. Parece que lo que no le entra en la sesera a Rubido es lo que dice Ignacio Camacho. "El acuerdo PSOE-Cs sería, como mal menor, una buena idea. Con un pequeño problema: no quiere Sánchez ni quiere Rivera" y "sería un suicidio político para Rivera". Y además no resolvería nada, los independentistas no van a desaparecer, al contrario, a ver si lo vamos asumiendo de una vez por todas.

La Razón aconseja a Casado ante el negro panorama del PP. "Debe alejarse de Aznar y rodearse de otras caras". Marhuenda lo fía todo al 26-M. "Tiene la posibilidad de enmendar los errores cometidos, intentar la recuperación o, por lo menos, evitar destrozos mayores". Parece difícil. "Casado está poniendo en juego su liderazgo", que le quede claro, su reto "es conseguir volver a atraer a los electores que hasta hace poco seguían votando a su partido. No hay otro camino, el votante tradicional del PP existe, pero Casado deberá atraerlo de nuevo". Carmen Morodo le pinta un escenario aún peor. A Casado "le queda una carta para sobrevivir. Si las elecciones autonómicas no van bien el PP tendrá que ir hacia una catarsis y no descarta, o algunos desean" que Feijóo se decida de una vez. "La situación es crítica, con cuchillos en la sombra que empiezan a mover en el marianismo a través de falsos rumores como el de la creación de una gestora. Esto no está encima de la mesa, pero en el PP sí hablan ya del riesgo de una disolución". Puf, no me gustaría estar en la piel de Casado. Y menos con los vaticinios de José María Marco. "Las inminentes elecciones no van a mejorar la situación". Le aconsejaría el Manual de Resistencia de Sánchez, pero no creo que le sirva de nada. A Sánchez le apoyaba su militancia. A Casado no.

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