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Colau declara el "estado de emergencia climática" y reducirá la carne en los menús escolares

La alcaldesa pretende limitar más el tráfico, aumentar el uso de la energía solar y prohíbe a sus concejales viajar a Madrid en avión.

Ada Colau y miembros del consistorio en el acto de declaración de emergencia climática de Barcelona. | Europa Press

Barcelona está en "estado de emergencia climática" y la alcaldesa de Barcelona, a diferencia de lo que ocurre con la inseguridad ciudadana, el precio de los alquileres o el éxodo de empresas, ha decidido tomar cartas en el asunto con un ambicioso paquete de doscientas medidas insertas en una solemne "Declaración de Emergencia Climática de Barcelona".

Un grupo de entidades cívicas y ecologistas seleccionadas por la administración municipal ha sentado las bases del documento con el que se pretende reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un cincuenta por ciento en un plazo de diez años. Así, a las limitaciones para circular de los vehículos que no cumplan con los estrictos requisitos medioambientales del municipio se sumarán nuevas oleadas de prohibiciones, la delimitación de más zonas reguladas, propuestas para la generación y uso de energía solar en edificaciones privadas, la "rehabilitación energética" de las viviendas particulares, la reducción de los plásticos de un solo uso, la recogida de basura puerta a puerta, la lucha contra la contaminación acústica y como gran novedad, la limitación de la carne en los menús escolares.

Ada Colau pretende "conciliar" las necesidades nutritivas de los niños con la preservación del medio ambiente y considera probado el impacto en el medio ambiente de las explotaciones ganaderas, por lo que ha decidido incluir la reducción de la carne entre las medidas contra el denominado cambio climático sin consultar con médicos y nutricionistas.

Eliminar el Puente Aéreo

Además, la alcaldesa ha prohibido a sus concejales que utilicen el avión en los desplazamientos de menos de mil kilómetros y tiene el puente aéreo en su punto de mira, así como los cruceros que atracan en el puerto de Barcelona, cuyos rectores acusan a Colau de manipular los datos de emisiones. Según Colau, la actividad crucerista genera 5,3 millones de toneladas de CO2 mientras que los responsables del puerto reducen esa cifra hasta las 315.000 toneladas y atribuyen el dato municipal al alarmismo.

Entre las ideas compradas por la alcaldesa figuran también la figura de un "experto" por distrito en materia de ecología, la creación de "refugios" contra las olas de calor y el fomento de la alimentación de proximidad.

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