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El 'Govern' frena la mesa con el Gobierno por la bronca entre JxCat y ERC sobre el relator

Los independentistas no se ponen de acuerdo sobre las condiciones para emprender la negociación con Sánchez e Iglesias.

Quim Torra y Pedro Sánchez. | EFE

"El calendario no es lo importante sino que las cosas salgan bien, que se pueda resolver el conflicto político entre Cataluña y el Estado español y eso no es una cuestión ni de días, ni de prisas ni de calendario sino de voluntad política". Así se ha expresado este martes la portavoz del gobierno catalán, Meritxell Budó, para echar agua al vino de la mesa de negociación con el Gobierno. Quim Torra ya no tiene prisa. En Junts per Catalunya (JxCat) no comparten la premura de ERC, que quiere dejar de hablar de la mesa de negociación para hablar en la mesa de negociación, según dijo este lunes una de las portavoces del partido, Marta Vilalta.

Es casi imposible, a tenor de lo manifestado por la consejera Budó, que la primera reunión se celebre en febrero, tal como quería Pedro Sánchez. Según Budó, Torra no llegó a ningún acuerdo con el presidente del Gobierno sobre fechas de reunión, sino que lo que se pactó fue "reabrir la puerta del diálogo" y en la actualidad trabaja en dos direcciones, con un equipo técnico para articular el desarrollo de la mesa y para que haya consenso entre la parte catalana sobre los contenidos y la figura del mediador internacional o relator. Y es esa figura la que mantiene encallada la respuesta de la denominada "parte catalana".

En JxCat se ciñen al acuerdo parlamentario según el cual la mesa con el Gobierno debe disponer de un mediador que levante acta de las reuniones y vele por el cumplimiento de los acuerdos. Según Budó, esa figura es "indispensable y necesaria". En ERC no lo niegan, pero creen que no es "imprescindible" para emprender cuanto antes las conversaciones. Los grupos independentistas no consiguen desatascar la cuestión, tal como se puso de manifiesto el lunes por la tarde durante la reunión de Torra con representes de los partidos y de las entidades separatistas.

La desconfianza y la proximidad de unas autonómicas que si bien no tienen fecha condicionan los movimientos de los grupos independentistas operan en contra de la constitución de la mesa de diálogo entre gobiernos prometida por Sánchez y hasta hace unos días exigida con vehemencia por JxCat, grupo que ahora no tiene prisa. Los posconvergentes parecen más interesados en que se produzca primero la reunión de la comisión bilateral y a tal efecto urgen al consejero republicano Alfred Bosch, presidente de la parte catalana de dicha comisión, a que prepare un orden del día con traspasos e inversiones supuestamente pendientes. En teoría, Bosch dispondrá de dicho orden del día para el consejo ejecutivo del gobierno catalán del próximo martes.

Entre tanto, se mantienen las fuertes discrepancias entre los socios del Govern tanto en la forma como en el fondo de la mesa. Sólo hay acuerdo en que dicho órgano debería debatir sobre la celebración de un referéndum de independencia y la amnistía para los golpistas presos, fugados y procesados.

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