Menú
La prensa de un vistazo

"Ayuso es la excepción del voto de cabreo que recorre Europa"

Como casi todo el mundo preveía, salvo algún que otro despistado, Macrón ha ganado en Francia.

Como casi todo el mundo preveía, salvo algún que otro despistado, Macrón ha ganado en Francia.
Isabel Díaz Ayuso. | EFE

El Mundo

"Elecciones Francia 2022: Macron derrota a la ultraderechista Le Pen y promete "un mandato renovado". Lo previsible vaya. Parece que a algunos les gusta alarmar con Le Pen cada vez que hay elecciones en Francia. No obstante, Rosell está preocupado. "Le Pen ha mejorado en siete puntos su resultado de los comicios de 2017 y sería una necedad obviar que más del 40% de los votos han ido para una candidatura que representa un proyecto de país cuestionable y unos valores que no casan con los fundacionales de la UE". "El aviso debe ser tomado en serio: sería una imprudencia creer que estas elecciones han sido un respaldo total al presidente, pues serán muchos los votos en los que ha primado el elegir el mal menor". En Francia lleva sucediendo eso varias décadas. Ojala en España hubiera segunda vuelta.

Federico Jiménez Losantos le da vueltas a lo de la lista más votada. "Si el poder depende del parlamento, pero los dos partidos pactan que gobierne la lista más votada, se entiende que de las dos suyas, estarían devaluando el voto y, en la práctica, liquidando el régimen constitucional". "La elección por los dos partidos de su lista más votada eliminaría el sistema actual, con el agravante de que la lista más votada tendría menos votos que la mayoría parlamentaria". Y en el caso de Feijóo, Sánchez y sus Frankenstein le harían la vida imposible para no dejarle gobernar, que no sea iluso.

"¿Qué sería de las Cortes con este presidencialismo falso de la lista más votada? ¿En qué quedaría la soberanía nacional, si en la práctica PP y PSOE anulan el voto del diputado? Y nada nos dicen de una costumbre habitual de los partidos al repartirse cargos. Ejemplo: para ti, la alcaldía; para mí, la autonomía. Ahora sucedería sin que los representantes elegidos por los ciudadanos tuvieran siquiera que explicar su voto. Todo se haría a cencerros tapados y habría trueque de regiones enteras. Andalucía, por ejemplo, podría ser de nuevo socialista con los votos del PP, a cambio de que la Comunidad Valenciana, Aragón, Asturias y La Rioja pasaran al PP gracias al PSOE. O de que Sánchez apoyara a Feijóo como presidente del Gobierno, que es lo que se maliciarán muchos: la gran coalición, con el cadáver del CGPJ como prenda de continuidad. ¿Votar?, ¿para qué?". Puf, qué panorama, deja, deja.

Y parece que los indepes no nos van a dejar en paz con la tontada esa del espionaje. Julio Valdeón dice que "los últimos días han sido los de la cíclica consagración del agravio indepe, bien cebado por una izquierda mediática encantada de promocionar el truco (o trato)". Pues hoy, Julio, tu eres la izquierda mediática al desperdiciar una columna para hablar de ellos. "Conmueve ver a los líderes de la camorra lloriquear porque el Estado intentaba defenderse". Los indepes ya no conmueven a nadie, aburren a las ovejas.

El País

"Macron derrota con claridad a Le Pen". Pepa Bueno está contenta, con algún pero. "El candidato a la reelección gana con claridad, pero la extrema derecha avanza significativamente". Llevan así décadas. "Su mayoría en la segunda vuelta no significa un voto de adhesión a él y a su programa, sino ante todo de rechazo a la extrema derecha". Una costumbre, últimamente en Francia.

"El problema es que, debido al sistema electoral mayoritario por dos vueltas, el Reagrupamiento Nacional de Le Pen, a pesar de sus millones de votos, es de hecho un partido paria, sin grupo parlamentario en la Asamblea Nacional y con solo una decena de los 36.000 Ayuntamientos. Existe en Francia un problema grave de representatividad, que explica en parte estallidos sociales como el que protagonizaron los chalecos amarillos".

"Si Macron quiere evitar que las revueltas en la calle atraviesen su segundo quinquenio y que las opciones populistas y nacionalistas sigan acercándose al poder, el objetivo de recoser la Francia fracturada debería ser una prioridad. No es sencillo, pero el presidente podría empezar por impulsar medidas para introducir la proporcionalidad en las elecciones legislativas, de modo que el Parlamento sea más representativo de la realidad del país. No es solo una cuestión de planes de inversiones ni políticas sociales, sino de hablar y escuchar a la otra Francia y romper las barreras de clase, educación y territorio". Pues sí, no es mala idea.

Y El País sigue muy empeñado en denunciar los abusos de la iglesia católica, mientras oculta los realizados por el marido de Mónica Oltra a una menor que estaba a su cargo y que la vicepresidenta valenciana intentó encubrir. ¿Tu también quieres encubrir el abuso a la menor por parte del marido de Oltra escondiéndote detrás de la Iglesias, Pepa?

"Unidas Podemos, una transición borrascosa". Paula Chouza nos cuenta a qué se dedica ahora Pablo Iglesias. "Le dedica todo el tiempo que puede a sus hijos, ha retomado la lectura y ha vuelto a practicar deporte. Pero su gran dedicación son los medios. De lunes a jueves conduce La Base, un podcast de una hora de duración, y además participa en varias tertulias —Rac1 y Cadena SER, entre otras—, y escribe artículos en Ctxt, Gara y Ara". Qué gusto, oye, basta con no escuchar esas cadenas ni leer esos panfletillos para no saber nada de él. Como si no existiera, una maravilla.

"Queda por delante un complicado proceso para concretar hasta dónde llegará la plataforma de Díaz". ¿Pero no era un espacio?

Mariola Urrea pone algo de sentido común en este periódico. "A la vez que se explica el espionaje, quizás no estaría de más que alguien aclarara también qué sentido tiene que Unidas Podemos siga formando parte de un Gobierno cuando, salvo honrosas excepciones, la principal acción política de sus miembros parece estar orientada a erosionarlo. La situación no puede resultar más grotesca". Eso, va siendo hora de echar a los podemitas.

ABC

"Europa respira tras el claro triunfo de Macron". "Macron tiene que dedicar este segundo mandato que ha recibido –también algo extraordinario en las últimas décadas– para corregir esa deriva que erosiona los cimientos de la cohesión del país porque de otro modo lo más probable es que dentro de cinco años se enfrenten dos opciones igualmente populistas y demagógicas, solo que una de extrema derecha y otra de extrema izquierda. Macron tiene que dar un cauce positivo a ese descontento radical que, como se ha demostrado, es capaz de votar a cualquier opción extremista con tal de acabar con el actual sistema político", dice el editorial.

A Julián Quirós también le da envidia la doble vuelta francesa. "Esto tiene la ventaja de que la estabilidad de la república no queda en manos del chantaje de pequeños partidos y por otra parte el ciudadano ya sabe qué va a pasar con su voto y cuál es el acuerdo programático, sin sorpresas. Mediante esta fórmula, los franceses evitan que el país sea condicionado gravemente por la izquierda radical de Mélenchon, el ultra demagogo de Zemmour y en último término incluso por el neonacionalismo extremista de Le Pen. Mientras, aquí, Sánchez anda secuestrado por los herederos de ETA, los golpistas del ‘procés’ y el podemismo antisistema". Qué potra tienen los franceses, así se puede.

La Razón

"Macrón reina en Francia". "El resultado ha sido según lo previsto", dice Marhuenda. Bueno, no todos, alguno hay que estaba muy seguro de que Le Pen podía ganar. "Francia tuvo el acierto de elegir un sistema presidencialista y un centralismo territorial que ha garantizado la cohesión".

José Antonio Vera ve que "el voto del cabreo recorre Europa". "En España Vox y, en el lado opuesto, Podemos. La izquierda y la derecha tradicionales se han alejado tanto de la gente que corren el riesgo de diluirse. Es un error pensar que el voto a Vox en un voto ultra como lo fue el de Fuerza Nueva. Es el mismo voto del cabreo que recorre Europa de lado a lado, ante las respuestas inanes de los partidos de siempre. En España, tal vez, con la única excepción de Ayuso".

Carmen Morodo dice que "la presidenta ha pasado de ser considerada como una disidente incómoda a una colaboradora necesaria para ganar las elecciones generales. Y tiempo al tiempo, porque, pese a todas sus diferencias, veremos a Feijóo y a Ayuso haciendo tándem. La política del PP ya no va de afinidades personales, sino de vencer, y Feijóo y Ayuso están obligados a construir juntos para alcanzar esa meta". Feijóo no es Casado, tiene claro lo que quiere y lo que tiene que hacer.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal