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El día que Ferreras "no sabía si acariciar los bucles" de Yolanda Díaz o decirle que era una "trola"

4 de mayo, el día de la liberación. Hoy se cumple un año de que Ayuso se cargara a la izquierda y nos quitara de encima a Pablo Iglesias.

4 de mayo, el día de la liberación. Hoy se cumple un año de que Ayuso se cargara a la izquierda y nos quitara de encima a Pablo Iglesias.
Ferreras y Yolanda Díaz. | La sexta / cordon

El Mundo

"El CNI instruyó a los ministros hace 10 meses sobre cómo sortear Pegasus". No se entiende que la directora del CNI no haya mandado a Sánchez a tomar viento fresco y presentado su dimisión en una rueda de prensa y sin siquiera comunicárselo primero. Y después, a sacarle los colores diariamente. Seguro que esa señora puede vivir de otra cosa que no sea un cargo político. ¿Es que en este país nadie tiene un ápice de dignidad?

Dice el editorial que todo el mundo sabe que lo que quería Sánchez con su streptease era "pasar de verdugo a víctima de espionaje a ojos de su socio separatista, que le está complicando mucho la gobernabilidad en los últimos días". Si Sánchez piensa que alguien le puede ver como una víctima en cualquier situación es que está más p’allá de lo que parece.

"Pero el precio que paga es la erosión de la imagen de España, la inquietud de los embajadores y la propia credibilidad del país anfitrión de una inminente cumbre de la OTAN en plena guerra de Ucrania". ¿Y eso qué es al lado de darle unos lametones a Rufián?

"¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Hasta qué grado de entreguismo y de subasta institucional -el prestigio del CNI está siendo sacrificado al interés parlamentario del Gobierno- está dispuesto a llegar Sánchez con tal de durar unos meses más en La Moncloa?". Pregunta retórica, todos sabemos que si tiene que vender a su madre, lo hará.

Emilia Landaluce dice que "el #Metoo de Sánchez no provocó indignación sino choteo —básicamente, la cantidad de fotos del miembro más destacado del Gobierno que guardaba el terminal del presidente—, lo que indica el grado de descomposición del Gobierno. La burla es el síntoma definitivo". Qué personaje más patético.

Y cambiando de tema, hoy se cumple un año del triunfo de Ayuso, el día que nos libramos de Pablo Iglesias. "La campaña había sido una mezcla de perfidia y violencia por parte la Izquierda: los pirrakas de Pablo Iglesias, que se presentó para impedir el triunfo del fascismo, casi provocan una tragedia apedreando un mitin de Vox en Vallecas; y la banda de Sánchez se fingió víctima de la violencia que inventaba. Marlaska dijo que encontró balas en el antedespacho del Ministerio del Interior, y Reyes Maroto que le habían mandado una navaja ensangrentada, preludio de su degüello. La navajita plateá era pequeñita, de recuerdo, y la mandaba un loco muy popular en el Escorial, con nombre y dirección, para que puedan contactar con él —y los seres de otras galaxias a los que trata— los amenazados. Yolanda Díaz estaba en La Sexta con Gorilas en la Niebla y al ver la copia ampliadísima de la navajita fingió caer de bruces sobre la mesa. Ferreras no sabía si acariciar sus bucles, como King Kong, o decirle que era como las tres capas de calzoncillos de los islamistas suicidas del 11M: una trola", recuerda Federico Jiménez Losantos.

"Pero la figura a batir, que lo ha seguido siendo este año, de Sánchez a Bolaños, de Casado a Teodoro y de Jorge Javier Vázquez a Arcadi Espada, era Isabel Díaz Ayuso. No hay precedentes de una campaña tan miserable contra ninguna mujer en la política. Cuando no la llamaban tonta —Arcadi, ayuno de Ilustración española, aún lo hace—, era loca o corrupta". Arcadi es un prepotente catalán que se cree más listo que nadie y mira por encima del hombro a todo al mundo. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio.

Pero "al caer la noche, Ayuso había destrozado al socialismo y al comunismo. Imperdonable para los que la insultan. Inolvidable para los que la votamos. Hoy hace un año". Y al que le pique que se rasque. No es muy Ilustrado, pero qué se le va a hacer, una es de barrio madrileño, no una ilustrada burguesa de Barcelona con complejo de superioridad.

El País

"El PP de Feijóo frena el ascenso de Vox y alcanza al PSOE". Si dice esto el periódico sanchista es que el PP está varios puntos por encima. Felicitación a Ayuso en el aniversario de su victoria. "Las mascarillas que compró el hermano de Ayuso llevaban certificados falsos". Ánimo, chavales.

Cómo será el odio africano de este periódico a la presidenta madrileña que lleva una encuesta con esta pregunta: "¿A qué político invitarías a tu cumpleaños?". En ella incluye a Sánchez, Feijóo, Abascal y hasta a Yolanda Díaz, que tiene de líder nacional lo que el portero de mi casa, pero excluye a Ayuso. Se ve que les daba pavor que ganara por goleada y no pudieran manipularlo.

Pepa y Barroso rabian en el editorial. "Si hoy se celebraran elecciones generales, las derechas españolas estarían en condiciones de volver a La Moncloa, dado que el PP ya ha iniciado el camino de la coalición con la extrema derecha en Castilla y León y no descarta repetirlo en Andalucía si los números dan". Hombre, y después de haber visto cómo Sánchez se echa en brazos de Josu Ternera, ni te cuento.

"Vox sigue siendo la formación que atrae a un electorado casi unánimemente convencido de las altas virtudes de su líder y una simpatía muy amplia entre el votante del PP: la normalización gubernamental que ha empezado en Castilla y León se ha hecho compatible con las características de intransigencia y autoritarismo, explícitamente reconocidas por su electorado". De intransigencia y autoritarismo estamos curados de espanto con el gobierno sanchista-podemita con Rufianes y Otegis haciendo los coros.

ABC

"Sánchez blinda a Robles pero no a la directora del CNI". Vamos, que le va a entregar a Rufián y sus socios podemitas una cabeza menor a ver si así se calman. "Lo que no hace ningún gobierno, salvo que tenga intereses políticos concretos en su propio beneficio, es lo que hizo este martes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, cuando dejó en la estacada al CNI por no ser eficaz frente a Pegasus, y cuando ninguneó a su directora general, dando por hecho que su cabeza peligra", dice el editorial como si no fuera consciente de que Sánchez es capaz de cualquier cosa.

"Si Moncloa pretendía ganar el favor o la compasión de la opinión pública con esa maniobra efectista, el resultado se cifra en una monumental rechifla. Si el objetivo consistía en revertir el impacto de las escuchas a los socios nacionalistas basta observar la reacción de éstos para dar la misión por fallida. Si se trata de preparar -¡¡otro relato!!- el cese de la directora del CNI como chivo expiatorio, ha dejado al servicio de inteligencia expuesto, dentro y fuera del país, a un desprestigio histórico. Y si todo eso fuera el precio de construir otro escudo provisional al presidente no podría haber alumbrado nadie mayor despropósito", dice Ignacio Camacho. Y en la misma línea van todas las columnas de hoy de ABC, Pegasus, Pegasus, Pegasus.

La Razón

"Los expertos del CNI no creen a Sánchez sobre el espionaje de Pegasus". Pues en opinión del compañero de Libertad Digital Javier Arias Borque esta es una buena noticia. Mejor que Sánchez se haya hecho un Sánchez y nos haya contado una trola. Como dice Vicente Vallés, lo único que ha conseguido es "generar sospechas sobre cuáles son sus verdaderas intenciones al hacerlo público y sobre el momento elegido: por qué ahora, y no antes o después".

Juan Ramón Lucas ve a Sánchez muy quemado. "No hace el menor esfuerzo por disimular su determinación de gobernar con una patada a seguir en la confianza de que cogerán el balón sus socios y costaleros, a los que visualiza protestando con la boca pequeña, porque una cosa es amenazar al Gobierno con no votarle y otra dejarle caer y que pueda volver a Moncloa la derecha". Y tiene razón. Por eso no tiene sentido hacer el ridículo de esta manera. Aun nos esperan ríos de tinta sobre esta película de espías que nadie se cree y que a nadie interesa. Qué le vamos a hacer.

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