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Nuevo incendio de Sánchez en Bruselas: la UE traslada su enfado por culpar a Putin de la crisis con Argelia

Asegurar que Putin es el culpable de todo llevaría a la Unión Europea a tener que reconocer que el ataque a Ucrania se ha extendido.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, responde a los medios antes de participar en el Consejo Europeo de la UE. | Europa Press

Si hasta hace poco, todo era culpa de Rajoy, Vox o Franco, ahora todo es culpa de Putin. El Gobierno socialista comunista se ha acostumbrado a exhibir un comodín: el de responsabilizar a Rusia de la totalidad de la inflación, la baja recuperación económica de España o el corte de relaciones con Argelia. Y Bruselas ha puesto pie en pared por las graves consecuencias que puede provocar blandir este tipo de argumentos en estos momentos: la UE pretende desde hace tiempo mantener el ataque a Ucrania en un plano local con el fin de evitar un mayor respaldo e implicación de toda Europa en la ayuda a Zelenski y escapar a un posible enfrentamiento directo con Rusia.

Y Pedro Sánchez, al culpar a Putin del corte de relaciones entre España y Argelia, acaba de hacer todo lo contrario: asegurar que el ataque de Rusia tiene consecuencias colaterales agresivas para un Estado miembro. Todo un problema para la UE y, encima, simplemente para no admitir que la decisión, muy personal, de entregar el Sáhara a Marruecos es lo que ha provocado el choque de España con Argelia.

Bruselas ya ha trasladado extraoficialmente su enfado por el argumentario esgrimido estos días por el Gobierno con respecto al corte de relaciones entre Argelia y España.

El Ejecutivo de Sánchez recibió en Zaragoza y de forma oculta hace poco más de un año un avión argelino con el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, desencadenando una crisis diplomática sin precedentes con Marruecos. Y es que Ghali está considerado en Marruecos el enemigo público número uno por su desafío al deseo histórico de Rabat de controlar el Sáhara.

Meses más tarde, Sánchez decidió unilateralmente que la mejor manera de recuperar el buen clima con Rabat era atizar el peor de los golpes a Argelia: entregar el Sáhara a Marruecos. Todo ello, tras saber que Rabat podría haber espiado el móvil del presidente español y tras recibir una invasión de 10.000 inmigrantes ilegales en Ceuta.

Tras esos episodios, Argelia ha decidido cortar las relaciones comerciales con España y dejar en el aire el suministro de gas natural. Y en ese momento ha sido cuando Sánchez ha empezado a deslizar que el problema no han sido sus actos en materia exterior, sino Rusia. Más en concreto, Putin.

El Gobierno niega problemas con Argelia pero ve la mano de Putin detrás del bloqueo

Los mensajes salidos del Gobierno estos últimos días han asegurado que Argel "está cada vez más alineada con Rusia", tratando de vincular la suspensión del Tratado de Amistad entre España y Argelia, por parte del régimen de Tebounne, con una posible represalia de Putin.

La versión la comenzó a deslizar el propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien, tras su reciente vuelta de Bruselas, vinculó en privado la postura de Argelia con la de Rusia, asegurando que Lavrov, el ministro de Exteriores de Putin, podría estar detrás de la respuesta argelina.

Y la teoría se convirtió en versión única del Gobierno tras defender la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en una entrevista en Cataluña Radio, la siguiente teoría: "Tuve que presidir las reuniones de primavera, del FMI, y ya entonces vi que Argelia estaba más alineada con Rusia. No me sorprende nada ver cómo eso se concreta".

Bruselas se ha apresurado a pedir extraoficialmente al Gobierno de España que cese en sus argumentos.

Uno, porque son falsos. Argelia sí mantiene sintonía con Rusia, pero ha garantizado el suministro de gas a la UE por medio de Italia, lo que rechaza las tesis de un bloqueo o ataque indirecto a la UE. Es más, Argelia se ha negado históricamente a permitir un avance de la implantación de bases militares rusas en su territorio, precisamente, porque quiere mantener las relaciones comerciales con la UE con plena libertad.

Y dos, porque ese argumento acaba generando la tesis de que la UE debe admitir que el ataque a Ucrania se ha extendido y ya ha cobrado forma de guerra comercial contra un Estado miembro, lo que forzaría a Bruselas a adoptar medidas más duras contra Putin y a correr el riesgo de una escalada.

Por eso la UE ha pedido ya a Sánchez que deje de mencionar a Rusia. Porque este problema responde a su irresponsabilidad en el Magreb.

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