La sentencia del 25% de español en las aulas que debía suponer el reconocimiento de la oficialidad teórica de ese idioma también en los colegios de la inmersión lingüística ha dado paso a una ofensiva separatista con la consejería de Educación como punta de lanza. Nada más terminar el curso, el consejero de la Generalidad catalana Josep González Cambray ha presentado un "informe" elaborado por un "Consejo Lingüístico Asesor" cuyo propósito es dar una vuelta de tuerca al sistema que reduce el español a la condición de lengua extranjera en la enseñanza obligatoria.
El mantra separatista es que el catalán está en retroceso en la sociedad y que eso se refleja en los colegios, donde para alarma de los docentes independentistas los niños hablan español en el recreo y en las actividades que se llevan a cabo fuera de las clases. La Generalidad atribuye tal situación a la falta de celo de los profesores y a la sospecha de que algunos de ellos utilizan el español en sus clases.
Ante tal situación, el informe avisa a los directores y profesores que "la lengua empleada en los centros no puede responder a una elección personal". Bajo ese enunciado, el texto advierte a los profesores de que "los docentes deben usar la lengua catalana como medio para conseguir que los alumnos tengan las mismas oportunidades". También avisa de que "se revisará la formación inicial, en relación a la competencia y el uso de la lengua catalana y la valoración de la diversidad lingüística de todo el personal que interviene en el proceso educativo formal y no formal".
Para conseguir la plena implantación del catalán como lengua única entre los profesores y en sus relaciones con los alumnos, los expertos que han elaborado el documento instan a la Generalidad a que "incorpore la evaluación de la competencia lingüística (oral y escrita) de los docentes en el procedimiento de incorporación al sistema educativo". También piden a la consejería de Educación "que implemente planes para mejorar la competencia y la formación lingüística de los docentes" en un plazo de tres años.
En cuanto a los "Planes Lingüísticos de Centro" (PLC), el supuesto pilar de la autonomía de las escuelas, el informe anuncia la creación de una comisión "encargada del seguimiento y evaluación de los PLC" así como de su modificación si no responden a las expectativas independentistas. También se impone un nuevo examen de catalán (o de aranés) al final de la ESO que el informe vende como "la posibilidad de obtener, mediante una prueba específica, un certificado oficial que acredite la competencia lingüística". Del español no se habla en el documento, salvo para puntualizar que "aparte del uso del catalán y del occitano (aranés) como lengua vehicular y referencial de aprendizaje, el plan lingüístico del centro puede prever el uso del castellano como lengua de aprendizaje, tal como establece la normativa, y de alguna lengua extranjera como lengua auxiliar de aprendiza para garantizar la consecución de las competencias comunicativas de cada etapa educativa".
El urdú por delante del español
Tras abogar por reforzar la presencia del catalán en las redes sociales, pasear por los colegios a youtubers y artistas que utilicen el catalán y establecer un nuevo convenio con TV3 para el uso de material "pedagógico" audiovisual, el informe concluye que "el aprendizaje y uso de la lengua catalana es una labor que debe implicar a todos los maestros y profesores". Así, recomienda que "el reconocimiento y la visualización de las lenguas familiares no oficiales debe ser el punto de partida para el aprendizaje y uso de la lengua catalana". Es decir, tendrá preferencia un niño que hable urdú, árabe o chino frente a otro, hispanoamericano o de Madrid, cuya lengua materna sea el español, toda vez que se considera oficial.
"Vivir, amar y relacionarse en catalán"
En la presentación del documento, que es la "hoja de ruta" del separatismo para la erradicación del español en la enseñanza, el consejero González Cambray aseguró que "en Cataluña se tiene que vivir en catalán, amar en catalán y relacionarnos en catalán". También ha insistido en uno de los puntos claves del informe, que los profesores no podrán elegir la lengua en la que dan clase siempre que esa lengua sea el español.