
El Mundo
"Lesmes avisa a los vocales que impedirá «boicots» ante el Pleno crucial del CGPJ". "El Gobierno amenaza con dejar vacante el puesto del PP en el TC: "Habéis perdido la plaza por tontos"". Qué jueguecitos se traen con los jueces.
"Barones del PP temen una encerrona en el debate con Sánchez: "Hay que salir a empatar con Sánchez"". Vamos a ver si se enteran en el PP. Con Sánchez no hay que temer una encerrona o juego sucio, hay que darlo por sentado, es que no les entra en la mollera que se juegan los cuartos con un embustero, un tramposo y un marrullero. "«Quizá nos precipitamos al presionar tanto y no tendríamos que haber llegado al órdago, porque Feijóo sube solo por contraposición a Sánchez y sin necesidad de confrontar con él en persona», opina un alto cargo con galones." Va a tener razón Bolaños con el sudor frío. Venga, valientes, que a Sánchez no le puede ver la mayoría de los españoles.
Jorge Bustos dice que "todavía no está claro que la gente sea más imbécil que antes", que "se percibe un hartazgo esperanzador". "Nuestros populistas más astutos también se han dado cuenta -basta ojear las encuestas- y claman desesperados contra el peligro de la Gran Restauración tras una década de experimentos institucionales de la cual el sanchismo será cumbre y colofón". "Cuando hablamos del retorno bipartidista no reparamos en el genuino sujeto de ese retorno: no vuelven el PSOE y el PP sino que los traen de la oreja los ciudadanos que anhelan la estabilidad y moderación de antaño. De ese futuro restaurador Sánchez está excluido por razones obvias. Corresponderá a Feijóo interpretar bien este sentir, que es más bien un pensar que España no aguanta más experimentos". Los españoles están exhaustos, la experiencia podemita ha sido muy dura.
Juan Diego Mañueco interpreta a su manera lo de Sánchez y la gente. "Poner a hablar a la gente es una estupidez. No tienen nada que decir, no van a decir nada nuevo y no aportarán ninguna solución. La mayoría no ha podido salvarse a sí misma. Pedro Sánchez lo sabe. Salir a la calle o recibir a la gente no es una estrategia encaminada a remontar las encuestas. Pedro Sánchez se está despidiendo de los súbditos, viendo de cerca el paisanaje que alguna vez gobernó. Y dando la última oportunidad a quienes no han sabido estar a la altura de su persona de apreciar en vivo la magnífica obra que se considera". ¿Veis lo guapo que soy y la empatía que tengo?
El País
"Lesmes: "Me opongo a que el CGPJ se declare en rebeldía". "Un grupo de vocales conservadores se reúne para bloquear la renovación del Constitucional que promueve Lesmes". Menudo espectáculo que están dando los jueces.
"Un Sánchez anticatastrofista y un Feijóo aupado por las encuestas se baten en la Cámara alta", cuenta Javier Casqueiro. Eso sí, a Sánchez le ha fallado lo del gasoducto vendido a bombo y platillo en El País, Francia ha dicho que nanay de la china. El por qué está información la ilustra Casqueiro con una foto de Sánchez con Scholz es un misterio. "El presidente reprochará este martes en ese inédito duelo parlamentario al líder del PP que se opone a todo y es excesivamente catastrofista sobre el evidentemente complejo futuro de España. Feijóo, que se siente en volandas hacia La Moncloa por las encuestas y el daño electoral que causa la desbocada inflación, presumirá de que el presidente solo acierta cuando le copia y mal sus ideas". Puf, menudo coñazo de debate. Casqueiro dedica el resto de la información/opinión a criticar a Feijóo y ensalzar a Sánchez, nada nuevo bajo el sol del panfleto sanchista.
"El jefe del Ejecutivo inició así este lunes este curso político de clara precampaña electoral con una controlada sesión de coaching con un selecto grupo de ciudadanos convocados en los jardines de La Moncloa para relevar a los habituales hasta ahora máximos ejecutivos del Ibex 35". Tan controlada que estaba repleta de cargos socialistas.
ABC
"El alza de la energía y la falta de materias primas paralizan la industria española". Y dice Sánchez que no hay que ser catastrofista. Como a él no le afecta. "El alza del precio del gas está provocando un efecto previsible: parones y cierres en la producción industrial. La economía, tanto la del jubilado como la del fabricante de azulejos, encierra ciertas reglas inflexibles, con topes o sin topes regulatorios, más aún con falsos topes como el que el Gobierno nos descuenta por un lado y nos penaliza por otro", dice Julián Quirós. Y ahora viene Yolanda Díaz pidiendo que se intervenga el precio de los alimentos. Esta chica no hace más que enredar. Debería centrarse más en su proceso de escucha. "Cuando un político iluminado topa el precio del pan, desaparece el pan de las tiendas y se desvía al mercado negro y la corrupción", avisa Quirós. "Las reglas inflexibles de la economía señalan que los precios se reajustan con más competencia y no con menos, pero Yolanda Díaz prefiere apoyarse en éxitos contrastados como Cuba o Venezuela. Son disparates, cierto, aunque no será la primera vez que Sánchez se apropia de los disparates de sus socios". No, viendo el camino populista y de extrema izquierda que ha tomado Sánchez nada es descartable.
Ignacio Camacho advierte a Feijóo que "para ganar a Sánchez hay que sufrir a Sánchez". "Sufrirlo como adversario, como víctima de su marrullería institucional, como interlocutor directo de sus engaños, como diana de los insultos de sus pretorianos, como saco de sus golpes bajos. Sufrirlo y aguantar, sufrirlo y sobreponerse, sufrirlo y escapar intacto, sin desestabilizarse como Pablo Casado". Como lo sufren los ciudadanos. Casado era muy influenciable, le daba una voz El País y le temblaban las piernas.
Feijóo, con su actitud estoica, "va ganando sin apenas desgaste". "Pero en algún momento se tiene que exponer" y hoy es el momento de bajar a la arena. "El poder hay que merecerlo encalleciéndose los pies con las piedras del camino". Y frente a Sánchez sales con los pies sangrando.
Isabel San Sebastián cree que" Feijóo parte con desventaja frente a la habilidad de Sánchez para retorcer, falsear, deshonrar y envilecer las palabras". "En el cuerpo a cuerpo dialéctico con semejante personaje tiene poco que ganar y mucho que perder". O no. Sánchez y sus ministros se han lucido este verano perdiendo las formas. Lo de la ministra de Hacienda y Mopongo fue la guinda del pastel. "Si el combate desciende al barro, cosa harto previsible dada la catadura moral del presidente del Gobierno, el socialista estará en su salsa mientras el líder de la oposición se encontrará incómodo". Pero vaya, dentro de una semana el debate quedará en el olvido y "será la hora de las urnas, donde la palabrería hueca cederá ante la capacidad de generar confianza. Y en ese terreno el gallego gana por goleada". O pierde Sánchez por goleada.
Jesús Lillo dice que los invitados ayer a Moncloa tuvieron que soportar "hora y media de chapa" de Sánchez. Y sin cobrar. "La «inauguración del curso político» organizada ayer por los publicistas de La Moncloa en la escalinata de la residencia del presidente del Gobierno no solo es la enésima astracanada que protagoniza un líder político que sale menos que El Cachorro y al que Félix Bolaños pone la «participación ciudadana» como las bolas del billar a Fernando VII, sino la operación de blanqueo del 'No nos representan' con que Unidas Podemos se arrogó tras la acampada de la Puerta del Sol la expresión de la emocionalidad pública, ahora domesticada y embalsamada por Sánchez". Parece que Sánchez quiere ser Pablo Iglesias. Bien, que siga así, ese es el camino, que nadie le despiste.
La Razón
"CGPJ: los conservadores se inclinan por votar en blanco". "«Votar en blanco no es rebelarse, está en la ley»".
Dice Carmen Morodo que "el cara a cara de hoy en el Senado entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, es un examen en el que la puntuación tiene más valor interno para los partidos que consecuencias en la carrera electoral". Para consumo interno, vaya. Los socialistas "ven en él una oportunidad de Sánchez para devolver moral a sus tropas". "En el Senado chocarán dos estilos muy diferentes. Sánchez tendrá que medir hasta dónde lleva su agresividad porque enfrente tiene a un político capaz de lanzar el más duro de los ataques sin perder las formas ni incurrir en el insulto". Ya lo dijo Feijóo, a insultos siempre le va a ganar Sánchez, de eso que no le quepa ninguna duda.
Marhuenda advierte a Feijóo. Cuidado con Sánchez. "Tiene la ventaja de contar con el apoyo de la izquierda mediática, que es muy poderosa, y que bajo ninguna circunstancia quiere que el centro derecha regrese al Gobierno. A esto se une la ventaja de que los dirigentes del PP son muy ingenuos y siempre les levantan la cartera. Es lo que sucedió con Aznar y Rajoy. Los medios y periodistas de izquierdas los machacaron antes de llegar a La Moncloa y luego surgió el complejo típico de los populares que se rindieron a ellos con armas y bagajes. No lo tiene fácil, pero peleará hasta el final y es un enemigo peligroso". Ya, Marhuenda, pero la izquierda mediática pierde credibilidad a chorros con su obediencia perruna y el servilismo a Sánchez, y la gente está más que harta de las marrullerías sanchistas. Piensa en Andalucía, Madrid, o Castilla y León. O en el "que te vote Txapote".






