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El estado ruinoso de las comisarías españolas: grietas, goteras, humedades, derrumbes, sin agua caliente ni calefacción

El SUP lleva años reclamando que se atiendan las necesidades más urgentes, ante la pasividad del Ministerio del Interior.

El SUP lleva años reclamando que se atiendan las necesidades más urgentes, ante la pasividad del Ministerio del Interior.
Las comisarías españolas se caen a pedazos

El pasado 7 de septiembre, el techo de una sala común de la comisaría de Retiro en Madrid —a la que tienen acceso los ciudadanos— se desplomó. Afortunadamente nadie salió herido, tampoco ningún agente. Pero el incidente pone sobre la mesa, una vez más, la necesaria renovación y mejora de buena parte del parque del Cuerpo Nacional de Policía. Muchas dependencias "se encuentran en un estado ruinoso", denuncia Carlos Prieto, secretario de riesgo laborales del Sindicato Unificado de Policía (SUP).

"Es el caso de Zapadores (en Valencia), donde llevan años prometiéndonos soluciones que no llegan. Asimismo ocurrió con la restauración de la fachada de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana", señala. En este último caso, se vieron obligados a "forzar la reparación" porque "se caía a trozos". La solución que les ofrecieron "consistió en la instalación de bandejas antidesprendimientos".

Otra de las comisarías afectadas es la del Puerto de Santa María, en Cádiz. Durante una inspección rutinaria, "pudimos observar su evidente deterioro, con instalaciones eléctricas sobrevenidas para poder dar servicio a los climatizadores", explica Prieto. "Y son solamente algunos ejemplos. También pasa en Barcelona, Canarias, Murcia, Navarra, Valencia...". La valoración general del sindicato acerca del estado de las dependencias de la Policía Nacional repartidas por el territorio español es "pesimista" porque no puede ser de otra manera, a la vista de las imágenes remitidas a LD.

"Muchas de las instalaciones policiales se parchean y no se afronta un plan integral de renovación. Tampoco se realizan gestiones con las corporaciones locales para la búsqueda de suelo que pudiera albergar comisarías de nueva planta. Los compañeros de policía pasan frío en invierno y calor en verano, por culpa de unos contratos de mantenimiento que se incumplen sistemáticamente", explica el secretario de Riesgos Laborales del SUP.

Problemas de seguridad

Ni siquiera cuando se acometen mejoras se hace de una forma lógica, en la que prime la seguridad de los agentes, como podríamos presuponer. "Aunque algunas comisarías se están renovando, muchas de ellas no responden a un diseño que se adapte a la operativa policial", señala Carlos Prieto. Menciona —por ejemplo— el caso de las dependencias de Fuencarral o de Jerez de la Frontera.

Hablamos de "comisarías acristaladas". Es decir, que "desde el exterior se puede ver a los policías, comprometiendo su propia seguridad", explica el representante sindical. Pero es que -además- no se han instalado "estores que impidan pasar calor o permitan eliminar los reflejos que produce el sol en sus pantallas de ordenador".

Interior les ignora

Ante este desastre lo peor es la actitud del Ministerio del Interior, del que depende el Cuerpo Nacional de Policía. Como es lógico, el SUP ha puesto al tanto a sus responsables de la lamentable situación de muchas comisarías de nuestro país. De hecho, hace ya dos años que el sindicato le remitió un informe recopilando "los casos más llamativos" y desde entonces la situación no ha hecho más que empeorar.

Entre otros, se recogen "los derrumbes que se produjeron en 2018 en la Comisaría de Moratalaz, donde prestan servicio los compañeros de intervención policial (antidisturbios)", que inevitablemente nos vinieron a la cabeza tras el incidente de hace unos días en Retiro, "comprometiendo la vida de los policías, los ciudadanos o los detenidos".

Todo esto se ha trasladado "a los responsables de Interior, así como a los distintos partidos políticos, no obteniendo respuesta", lamenta Prieto. No es el único que nos comenta este extremo. Otras fuentes policiales consultadas por LD, también comentan el empeoramiento de las relaciones con el departamento desde que Fernando Grande-Marlaska se encuentra al frente del mismo. "La comunicación es menos fluida", coinciden en destacar. Y algunos también denuncian la "falta de transparencia" en la forma de actuar.

¿Qué pasa con el Plan de Infraestructuras?

Desde el SUP en concreto, consideran que "el Plan de Infraestructuras de la Seguridad del Estado (2019-2025), con una dotación presupuestaria de 275 millones de euros e implementado por SIEPSE (Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado), cuenta con una cantidad de dinero lo suficientemente importante como para que se tenga en cuenta el criterio de los representantes de los trabajadores". Y además, destaca el secretario de Riesgos Laborales, "debería contar con las máximas garantías de transparencia".

"Seguiremos denunciando esta falta de transparencia y exigiremos la implantación total de un plan que resuelva de manera integral el problema de infraestructuras que venimos sufriendo", asevera Carlos Prieto. Es fundamental que "la DGP cumpla con la normativa que establece que deben contar con los delegados de prevención de riesgos laborales a la hora de abordar un plan de infraestructuras" y así "dar respuesta a las necesidades más urgentes en función de la capacidad presupuestaria".

Falta de transparencia

"Hasta ahora solamente nos hemos encontrado con falta de transparencia en la ejecución del plan de infraestructuras 2019-2025", insiste el representante del SUP. Para empezar, fue aprobado en un Consejo de Ministros en el que "los representantes de los policías fuimos los grandes ausentes", recuerda Carlos Prieto.

No les hacen ni caso. "Venimos reivindicando en los diferentes comités territoriales de Prevención de Riesgos Laborales las deficiencias más urgentes", asegura el secretario del SUP, "pero a día de hoy seguimos sin saber cómo canalizan y adoptan prioridades a la hora de acometer la ejecución de algunas reparaciones".

Así pues, el Sindicato Unificado de Policía de Navarra viene denunciado desde hace ya mucho tiempo las "indignas" instalaciones en las que tienen que ducharse e ir al baño las agentes cuando hacen uso de los vestuarios femeninos de las dependencias de la calle Beloso, que llevan meses sin agua caliente ni calefacción mientras que los masculinos han sido renovados hace un par de años. Sin embargo, el pasado 8-M, cuando el techo se caía a pedazos por las humedades, la Delegación del Gobierno presumía de igualdad y feminismo en Twitter.

Falta de previsión y lentitud en la ejecución

Esto sin mencionar los problemas de climatización. "Sindicalmente hablando, podríamos escribir un libro", advierte el secretario de Riesgos Laborales del SUP. Como podemos imaginar, la mayoría de las quejas de los compañeros se reciben coincidiendo con las habituales olas de calor de la época estival. Pero la cuestión de fondo va muchos más allá, porque las soluciones temporales que se plantean suelen entrañar otros peligros.

"Exceso de burocracia, falta de previsión, lentitud en la ejecución presupuestaria y contratos de mantenimiento que no se cumplen, agravan los problemas de climatización que solamente son detectados cuando el calor ya es sofocante y las soluciones provisionales son las auténticas protagonistas", explica Carlos Prieto. Éstas generan otros riesgos, como "las sobrecargas de tensión y/o la posibilidad de que se produzcan incendios".

El 15 de noviembre de 2021, los representantes policiales se reunieron con el ministro del Interior y hablaron de todos estos asuntos. Fernando Grande-Marlaska les escuchó y se comprometió a estudiar sus demandas. Pero, desde entonces, no han sabido nada más de él, ni de las mejoras que pudiera tener pensado acometer (o no) para mejorar las condiciones en las trabajan los agentes de la Policía Nacional y —por ende— en las que son atendidos los ciudadanos en las comisarías.

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