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El 'versátil' alcalde que encubre el hotel de los Aragonés: de negociar con Cs a pactar con Junts y fugarse al PSC

Pere Granados, alcalde de Salou, negocia presentarse con el PSC a las próximas elecciones municipales de 2023.

Pere Granados, alcalde de Salou, negocia presentarse con el PSC a las próximas elecciones municipales de 2023.
Así es el hotel "adults only" en Salou de la familia de Pere Aragonès

Su nombre es Pere Granados. Es el alcalde de Salou. Lidera una formación independiente denominada FUPS (Formación Unidad para Salou). Se ha convertido en el parapeto de un hotel de la familia de Pere Aragonés en esta localidad que mantiene una sexta planta pese a la denuncia ante la Fiscalía y visita de la Guardia Civil por vulneración de los límites urbanísticos. Pero, además de todo eso, el alcalde es un genio de la versatilidad. Ha coqueteado con Ciudadanos, se ha presentado con Junts y ahora negocia su candidatura con el PSC para las próximas elecciones.

Si lo que manda es la cintura y la capacidad de adaptación, Pere Granados es el hombre del momento. Hoy lidera el Ayuntamiento de Salou de la mano de Junts, uno de los dos mayores partidos separatistas de Cataluña y artífice del golpe independentista del 1-O de 2017.

Pero su adscripción ideológica y hasta constitucional no le impidió negociar en la fase previa de las elecciones municipales de mayo de 2019 con Ciudadanos, uno de los partidos más abiertamente opuestos al desafío constitucional de Junts. De hecho, lo hizo tras ese 1-O de 2017 y, tras fracasar ese acercamiento, tampoco tuvo problema en negociar y cerrar acuerdo con Junts, con quienes gobierna la ciudad en estos momentos.

Pero su capacidad de adaptación y evolución ha vuelto a quedar demostrada porque, en estos momentos, negocia presentarse con el PSC a las próximas elecciones municipales de 2023.

Y el triple salto mortal ideológico realmente se convierte en cuádruple si se tiene en cuenta que, además, en estos instantes se ha convertido también en el parapeto para intentar que el hotel de la familia de Pere Aragonés, presidente de la Generalidad catalana y líder de ERC, se salve de tener que demoler por completo una sexta planta que ya está siendo investigada por la Fiscalía de Medio Ambiente por vulnerar los límites urbanísticos. Todo un hito en el campo de la adaptación política.

Él se presenta como apasionado de "la cultura y el arte: especialmente las artes plásticas (las vanguardias históricas catalanas como Cuixart, Josep Guinovart, Ràfols Casamada, etc)". Y recuerda en su carta de presentación municipal que "desde el 21 de abril de 2009 soy alcalde de mi querida ciudad, Salou; y tengo un objetivo básico: trabajar a plena dedicación para mejorar las condiciones de vida de los salouenses, siempre buscando y contando con su colaboración y participación". Porque "como alcalde tengo la obligación de velar para que esta ciudad tenga unos niveles de progreso, calidad de vida y bienestar capaces de construir un Salou para todos y más justo".

Pero lo cierto es que quien ha encontrado ese cariño de forma muy directa en los últimos tiempos ha sido, efectivamente, la familia de Pere Aragonés. Y, en especial, en la protección de su hotel Golden Costa Salou.

El alojamiento en cuestión ha recibido ya una denuncia por violar la ley: cuenta con una sexta planta que sobrepasa los límites urbanísticos, según la misma denuncia. La acusación no parece ir muy desencaminada porque agentes de la Guardia Civil han realizado ya su primera actuación: se personaron a comienzos de año en el Ayuntamiento de Salou para solicitar información sobre los límites que debía haber respetado el citado hotel. Y, en medio, de todo ello, el Ayuntamiento de Granados se ha puesto nervioso. Hasta el punto de que ha mostrado personalmente su enfado ante el denunciante por llevar el asunto a la Fiscalía. El Ayuntamiento busca, de hecho, una salida que evite el derrumbe total de la polémica sexta planta. Y eso está siendo aprovechado por el grupo empresarial familiar de los Aragonés para mantener sin derribar la polémica sexta planta.

El propio consistorio confirmó en un primer momento que el hotel de los Aragonés incumplía los parámetros exigidos de construcción, pero, posteriormente, el hotel evitó su demolición por completo salvando la mitad de la planta y no contó con la oposición del Ayuntamiento para realizar esta adaptación a medias, permitiendo de facto a la familia del presidente de la Generalidad catalana salvar media planta.

Ángel Abella es el vecino que decidió denunciar lo que ocurría con el hotel. Y exigió el derribo completo de esa planta. El vecino, al que el hotel ha cegado parte de las vistas que tenía y debería seguir teniendo su casa, sigue manteniendo que el hotel incumple las exigencias legales de construcción y, por todo ello, el denunciante mantiene sus actuaciones contra el Golden Costa Salou.

El propio vecino ha confirmado a Libertad Digital que el alcalde le mostró su profundo enfado en una conversación privada por haber llevado el caso a la Fiscalía. No dudó en criticar esa actitud y en rechazar que esa fuese la solución. Pero lo cierto es que, pese a esa conversación, la sexta planta continua estando delante de las vistas de la casa del denunciante. Y, todo ello, en medio de un curioso entrelazado de alianzas políticas y ayudas al grupo de los Aragonés.

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