
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado este jueves en el pleno de la Asamblea, y a preguntas del PP, "la mayor bajada de precios y tasas públicas que se haya hecho nunca" para 2023 en su comunidad, pero aclarando que la propuesta "no afecta a los servicios esenciales, no afecta a la arquitectura fiscal de nuestro país" y "no toca los impuestos que financian los servicios esenciales".
Vamos, que Guillermo Fernández Vara, que por mucho que algunas terminales mediáticas se empeñen en seguir colocándole entre los díscolos al sanchismo, abrazó al presidente hace años y no se aparta ni un milímetro de sus propuestas, no piensa bajar impuestos. No señor.
Dice que es para evitar que no puedan financiarse los "servicios esenciales". Pero lo cierto es que mantiene uno de los infiernos fiscales más duros de España. Con datos de 2021, Extremadura es la comunidad autónoma con peor desempeño fiscal en términos de competitividad, sólo por detrás de Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana y Cataluña. Ocupa el puesto 15 de 19 en lo que a competitividad fiscal se refiere, ranking que encabeza la Comunidad de Madrid como la comunidad más atractiva en materia impositiva y cuyos últimos puestos ocupan Valencia y Cataluña.
Siendo una de las comunidades autónomas con peor desempeño fiscal, con una de las rentas per cápita más baja de España, con uno de los mayores índices de riesgo de exclusión social entre sus ciudadanos, cabría pensar que el señor Vara decidiera aliviar alguno de los tipos impositivos más gravosos para los extremeños, ya que tiene mucho margen todavía por delante para mejorar su desempeño impositivo.
Pero si nos fijamos en otras variables, como el impuesto sobre la renta o el impuesto sobre patrimonio, Extremadura ocupaba el año pasado las dos peores posiciones de la tabla. La penúltima en renta (puesto 18) y la última en patrimonio (19).
En cuanto a otros impuestos como sucesiones Extremadura no está tan mal como otras comunidades autónomas como Aragón o Asturias (a la cola), pero igualmente tiene recorrido. Ocupa el puesto 6 en impuesto de sucesiones y donaciones, el 13 en Actos Jurídicos Documentados y Transmisiones Patrimoniales y el 9 en impuestos propios.
Sin embargo, Vara prefiere seguir ahogando al sufrido contribuyente extremeño a impuestos, con la inflación autonómico en el 11,5% (datos de agosto), que aliviar la carga fiscal. En cambio y ante la cercanía de las elecciones y los anuncios que están haciendo algunos compañeros de partido como el barón Ximo Puig, Vara ofrece una rebaja del 25% en el precio de tasas y precios públicos, como los de la ITV, tasas de comedores escolares, aulas matinales o licencias de caza y pesca. Migajas, de nuevo, que evitan levantar el pie del acelerador fiscal contra el bolsillo de los extremeños.
El objetivo de la propuesta, dice Vara, es "aliviar la carga económica y las obligaciones de la ciudadanía", frente a las "trampas" que el PP busca, que "pretende que la gente se desentienda de la obligación de mantener los servicios públicos esenciales".

