
Cuando Claudia se enteró de que su hija Nuria -tutelada por la Generalidad de Cataluña- había sido violada, se quedó en shock. La niña tenía sólo 14 años y había ingresado en un centro de protección de menores 8 meses antes de la agresión sexual. Durante todo ese tiempo, ella había estado luchando para que le devolvieran la custodia de su hija. Veía que desde su internamiento su conducta incluso había empeorado. La pequeña, que estaba pasando por una etapa de rebeldía, estaba allí porque tras una discusión acusó a su madre de haberle pegado. Después se retractó, pero ya era demasiado tarde.
Un día, Claudia recibió la llamada de la persona de referencia de su hija en el centro en el que estaba interna. Le extrañó. Era la tercera vez en ese mes, y solían tener comunicación una o dos veces. La citó para mantener una conversación de manera presencial la semana siguiente. "Ha pasado algo", le dijo, "pero no es tan grave". A ella no le tranquilizaron sus palabras, hacía tiempo que estaba en alerta. Entre unas cosas y otras, llevaba cuatro semanas sin poder hablar con su hija. Siempre que llamaba el teléfono estaba ocupado, no se podía poner por algún motivo o le ponían cualquier otra excusa.
Acudió al encuentro bastante nerviosa. "Te voy a dar una noticia que -conociéndote ya- sé que vas a querer hasta matarme", le espetó la tutora. Ella se asustó mucho, y no era para menos. "Tu hija ha tenido relaciones con un chico", añadió. "Con un chico de su edad?", preguntó Claudia desconcertada. "Sé que tiene 30 y algo", le contestó. Ella no daba crédito a lo que estaba escuchando. "Mi hija tiene 14 años, tú eres madre... ¿Cómo puedes decir que ha tenido relaciones así...?", le espetó. "Tu hija lo ha querido, lo ha permitido", le respondió.
Claudia exigió poder hablar con la niña. "Necesito hablar con mi hija, necesito que ella me lo diga", aseveró. Entonces hicieron bajar a la menor, que "se puso muy mal". En cuanto la vio, "comenzó a relatar todo lo que esta mujer no me quiso contar". La versión de la pequeña no coincidía con la que le había dado la responsable del centro. "Me mintió esa mujer, quiso hacer ver que no fue una violación", asegura Claudia indignada durante la entrevista para LD. "Quiso cubrirse con todo", sentencia.
La versión de la niña
"Cuando bajó mi hija, me dijo: mamá, ¿tú me crees a mí?", explica Claudia. La tutora "no sabía qué hacer, movía sus manos de un lado para otro lado, y también las hojas de su escritorio", relata. "Nuria (nombre ficticio) empezó a decirme todo lo que había pasado: que la había drogado después de que se fue con una chica del centro que era una amiguita, que ese chico les había ofrecido llevarles a comer y también lamentablemente que habían quedado para tener relaciones, por €250 o algo así...".
La niña reconoció que acudió al encuentro con la intención de prostituirse. "Pero es porque ustedes nos roban nuestra plata, no nos quieren dar", le dijo a la tutora delante de su madre. Se refería a que en el centro es frecuente que retiren a los menores la asignación que tienen para sus gastos. "Aquí todo es una mentira, mamá. Sácame de acá", rogó. "Ese hombre me ha drogado, me ha violado y no me han dejado contarte", le explicó Nuria. "Durante un mes, mamá, me han castigado. Me han hecho dormir en el suelo para que no te contara todo esto. No sabía qué hacer".
Claudia pidió explicaciones a la responsable del centro. "Has escuchado lo que mi hija ha dicho, te ha contado... ¿Por qué tú llegas acá y me dices que mi hija ha tenido relaciones y que ella lo ha querido?", le preguntó. "Esto no es de tener relaciones. De mi hija han abusado", le espetó, "y hace un mes que te lo contó". A lo que la niña añadió: "Les he amenazado con que si no te dicen yo me voy a escapar y te lo voy a contar. Es por eso que te lo están diciendo ahora".
El centro no denunció
Como es de esperar, el centro no sólo ocultó a la madre que la niña aseguraba haber sido violada. Tampoco había denunciado ante la policía los hechos que la relataba la menor. Durante el encuentro, Claudia preguntó expresamente por este asunto a la tutora y ésta se comprometió a hacerlo esa misma tarde. "No te preocupes, preocúpate por tu salud, que estás nerviosa, preocúpate por tus hijos, que del resto nosotros nos encargamos", le aseguró.
La actitud hacia la versión de la niña había cambiado para entonces. "Si Nuria dice que ha sido una violación, pues una violación ha sido", le dijo, "yo denunciare y haré todo lo que se tiene que hacer". Aun así, Claudia le advirtió: "si tú no denuncias ahora, yo voy a denunciar lo que está pasando. No voy a permitir que se haga esto con mi hija". "Lo habrán podido hacer con cualquier niña", lamentó. "Voy a denunciar tu saliendo de acá, vete a casa, tranquilízate que tienes que recoger a tus hijos", le insistió.
"Mamá, no lo creas. No van a hacer nada, tienes que hacer todo", le dijo Nuria a si madre antes de despedirse. "Mamá, me van a volver a hacer dormir en esa habitación que no hay cama". Claudia sacó fuerzas de donde no le quedaban e hizo una última advertencia a la tutora: "si vuelvo a hablar con mi hija y me dice que está durmiendo en el suelo, voy a llamar a la policía y les voy a denunciar". La cosa se puso seria, pero la responsable del centro se mostró complaciente.
Al día siguiente, un amigo de la familia que es abogado llamó al centro para interesarse por el asunto y seguían sin hacer nada. Así que el letrado les dio un día de plazo para hacerlo. "Si ustedes no denuncian, yo les denuncio a ustedes", les advirtió. Era a quienes correspondía, ya que tenían la tutela de la niña. A las 19:00 horas de ese día, llevaron a la menor a denunciar. Y a Claudia la vuelven a citar para hablar un día después.
Le devuelven la custodia
Tal y como le habían reclamado, Claudia acudió al centro al día siguiente para hablar con la responsable de referencia de su hija. El objetivo del encuentro -aunque ella aún no lo sabía- era disuadirla de que adopte iniciativa legal alguna. "Que no haga nada, que me va a entregar a mi hija, me dijo", asegura la madre de la menor. "Quieres a tu hija, ¿no?", le preguntó a continuación. "Yo te conozco, sé que eres una guerrera, que has peleado por tus hijos y te mereces tener a tu hija contigo".
Claudia no sabía si creer lo que escuchaba. Aquello que la tutora le ofrecía era lo que llevaba peleando desde el principio. "Yo lo miraba con unos ojos... No te lo voy a negar", reconoce. No imaginaba entonces que todo se gestionaría tan rápido. Por las palabras de la tutora, tenían mucho miedo a una posible querella contra ellos. "Nosotros te queremos ayudar, ¿por qué tu abogado dice que nos quiere denunciar?", llegó a preguntarle.
"Porque no hicieron las cosas bien", le espetó la madre de la niña. "Hace más de un mes que se han entero que ha sido violada y no han querido denunciar". "Bueno, tú lo que quieres es que tu hija vuelva contigo, ¿verdad? Pues yo de voy a ayudar, pero no denuncies", le contestó, "fírmame los documentos y la tendrás". Así fue, al día siguiente tenía a Nuria en casa. "Me devolvieron a mi hija", exclama. Primero fue gracias a un permiso de una semana y al poco tiempo de manera definitiva. No esperaron ni a que saliera la resolución.


