
Arranca en la Audiencia Provincial de Cantabria el juicio contra Carmen Merino, acusada de matar a su novio, Jesús María Baranda, en el municipio de Castro Urdiales en 2019. La cabeza de la víctima, un jubilado bilbaíno de 67 años, fue hallada en el interior de una caja que la presunta decapitadora entregó meses antes a una amiga, con la excusa de que contenía juguetes sexuales y necesitaba que se la guardara.
Según le dijo la receptora del paquete a los agentes del caso, Carmen le comentó que era previsible que la Guardia Civil registrara su casa ante la desaparición de su pareja, denunciada el 11 de abril de ese año -aunque la autopsia de cráneo determinó el fallecimiento alrededor del 12 de febrero-, y le daba vergüenza que encontraran esos "juguetes". De ahí que quisiera sacarlos de su domicilio, por lo que la mujer accedió a quedarse con ellos durante algún tiempo.
Pero Carmen no volvió a buscar sus pertenencias. Y meses más tarde, el 28 de septiembre de 2019, su amiga descubre lo que hay realmente dentro de la caja y sufre un ataque de ansiedad. Carmen fue detenida al día siguiente y desde entonces permanece en prisión provisional en la cárcel de El Dueso, en Santoña. Durante este tiempo, se ha negado a declarar ante el juez en varias ocasiones. Incluso ahora sólo quiere responder a las preguntas de su abogado.
La Fiscalía solicita para ella una condena de 25 años de cárcel con inhabilitación absoluta durante todo ese tiempo. La acusación particular, que ejercen los hijos de la víctima, pide la prisión permanente revisable, y subsidiariamente la solicitada por el Ministerio Público. La abogada que les representa, Ana Quintana, considera que existen pruebas "más que suficientes" contra la acusada como autora de un delito de asesinato con alevosía (imposibilidad de defensa), con la agravante de parentesco.
El desarrollo del juicio
El pasado viernes se constituyó el jurado popular, compuesto por nueve personas (un hombre y ocho mujeres), y este lunes ha continuado con las cuestiones previas y la declaración de la acusada, que durante hora y media ha explicado su versión de los hechos. Según ha asegurado, no entregó el cráneo de Jesús Mari a su amiga.
"Tenía juguetes sexuales", ha insistido. Carmen continuará este martes con su relato de los hechos ante el juez, aunque no tienen obligación de declarar nada que vaya en su contra. La previsión es el que el juicio se prolongue durante diez jornadas y que el veredicto del jurado llegue el viernes 18 de noviembre.
En los próximos días testificarán: la amiga y vecina de Castro Urdiales a la que Carmen Merino entregó la caja, los sanitarios que atendieron a esta mujer de un ataque de ansiedad al descubrir la cabeza en su interior, la empleada doméstica de la acusada que le ayudó a tirar unas bolsas de basura muy pesadas al vertedero y varios allegados de la víctima.
La versión de la acusada
En líneas generales, Carmen Merino ha negado todos los delitos que se le imputan. Según ha asegurado este lunes, no es culpable más que de entregar una bolsa con unos juguetes sexuales a una amiga que -ha deslizado- tenía llaves de su casa, al igual que el hermano de Jesús Mari.
El objetivo era -seguramente- sembrar dudas sobre la receptora de la caja con el cráneo de la víctima en su interior y dejar caer que existe la posibilidad de que hubiera sido otra persona la que pudiera haber introducido la cabeza del jubilado vasco en el recipiente donde se encontró.
Desde la misma manera ha negado -como revela la inspección de su ordenador- haber buscado en internet "cuánto tiempo tarda en descomponerse un cadáver", o haber realizado consultas acerca de cómo cobrar su pensión. Para esto también tenían explicación: las mismas personas que tenían llave de su vivienda, tenían acceso al dispositivo.
No ha aclarado sin embargo aspectos como por qué ordenó a una empleada doméstica que le ayudara a tirar unas bolsas opacas y muy pesadas a un vertedero a mediados de febrero, justo en las fechas en las que los investigadores creen que pudo cometer el asesinato. En ellas, que se buscaron son éxito, podría haber estado el cuerpo de desmembrado de la víctima.
El móvil económico
Carmen Merino, nacida en Utrera (Sevilla), tiene antecedentes por estafa. La Fiscalía considera que en el caso de Jesús María urdió un plan para acabar con su vida y beneficiarse de ello. Lo habría hecho "movida por un interés económico". Aunque no estaban casados, convivían en el municipio cántabro de Castro Urdiales desde hacía algún tiempo y habría tenido la oportunidad de asesinarle sin levantar sospechas.
El Ministerio Público cree que planeó el asesinato de su pareja minuciosamente y que le suministró un fármaco sedante -Diazepam- para adormilarlo y que no pudiera defenderse. Asimismo, habría decidido cometer el crimen en el interior de la vivienda, para evitar la presencia de terceras personas. Sin embargo, quedan flecos pendientes que deberá aclarar durante el desarrollo del juicio.

