
Un avión de transporte A400M del Ejército del Aire y del Espacio ha aterrizado a primera hora de la tarde de este miércoles en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Esperando, a pie de pista, demostrando la importancia del evento, estaban la ministra de Defensa, Margarita Robles, y buena parte de la cúpula militar, encabeza por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón.
A bordo de esa aeronave regresaban a casa 57 de los casi 200 efectivos de las Fuerzas Armadas que este fin de semana han sacado de la bélica Jartum, la capital de Sudán, a los españoles que habían quedado atrapados en este último conato de guerra civil en el país africano. También a ciudadanos europeos e hispanoamericanos cuyos gobiernos habían cursado la petición a las autoridades españoles.
Militares españoles que pertenecen a la I Bandera Paracaidista y al Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra; al Ala 31 y al Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire y el Espacio. Además, también había un número no conocido de miembros del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS). El resto del contingente llega a suelo español entre la noche de este miércoles y el mediodía del jueves.
La llegada de los protagonistas del rescate ha permitido conocer más a fondo cómo fue la operación de extracción que se realizó en Sudán. "Sé los riesgos que habéis asumido, riesgos controlados, pero riesgos", les agradeció el JEMAD Teodoro López Calderón. Todo ello en 48 horas frenéticas en las que tuvieron que desplegarse en territorio hostil. Y todo ello contrarreloj, aprovechando la tregua de solo 72 horas que se habían dado ambas facciones por el fin del Ramadán.
Libertad Digital reconstruye la operación, denominada Eva Sierra, con dos de los mandos clave para su desarrollo, que explican que tomaron suelo en Sudán con tres planes operativos diferentes, pero la situación sobre el terreno desterró los tres y hubo que adaptarse a la situación que había.
"Cuando desplegamos la situación era difícil. Había una tregua pactado entre los dos bandos, pero seguía habiendo tiroteos", ha explicado el teniente coronel Juan José Pereda, Jefe de la I Bandera Paracaidista. De hecho, franceses, italianos y egipcios ya tenían en esos momentos heridos entre sus efectivos.
"En la base militar (Wadi Seidna, al norte de Jartum) había contingentes de Francia, Alemania, Estados Unidos e Italia. Nos repartimos la seguridad de la base entre todos. Y luego cada uno tenía su gente fuera", ha continuado explicando el teniente coronel Pereda. Con fuera, se refiere a las calles de Jartum, donde cada país tuvo que ir al encuentro de las caravanas que habían organizado sus diplomáticos en la ciudad.
En el caso español, había que cubrir inicialmente los 37 kilómetros que separaban la residencia del embajador (de donde salía la caravana de rescatados) con la base aérea. La negociación del Ministerio de Exteriores con el Gobierno de Sudán y la facción alzada (el cuerpo paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido), hizo que esa distancia se redujese a la mitad, pues el gobierno sudanés escoltó la caravana hasta la zona oeste del río Nilo a su paso por Jartum.
"El momento más complicado es cuando se va a buscar la caravana. El convoy sale y desde ese momento las comunicaciones son muy inestables. Uno va casi a ciegas. Pasamos por zonas difíciles que no estaban controladas por el Gobierno", ha continuado el teniente coronel Pereda. Los militares españoles iban a bordo de 8 vehículos blindados URO VAMTAC S5 (Vehículo de Alta Movilidad Táctica).
"Encontramos varios check point. Eran artesanales, no como los puntos de control que conocemos para controlar el flujo de personal y vehículos. Algunos de ellos estaban hechos con palos y piedras. El embajador nos había advertido que íbamos a ir encontrando check point y así fue, nos pararon en todos y cada uno de ellos, aunque la reacción de las milicias que encontramos fue contenida en todo momento", ha proseguido.
"Nosotros tampoco podíamos sobreactuar cuando nos paraban en los check point porque entonces puedes provocar una respuesta por parte de ellos", ha añadido, tras lo que ha explicado que los controles que pasaron pertenecían tanto al propio gobierno sudanés como a las fuerzas paramilitares que se han alzado en armas. "En ningún momento se abrió fuego contra ninguna facción del país", ha aclarado.
El Jefe de la I Bandera Paracaidista ha explicado que el convoy militar español recorrió las calles de Jartum -entre ir al encuentro de la caravana organizada por el Ministerio de Exteriores y el regreso a la base aérea de Wadi Seidna- durante aproximadamente dos horas. "Jartum es una ciudad muy caótica y sin grandes avenidas", ha añadido.
El coronel Antonio Fajardo, del Mando de Operaciones (MOPS) del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), jefe del contingente desplegado en Sudán, ha explicado a continuación que para hacer estas planificaciones "siempre trabajamos con la hipótesis más peligrosa". "Hubo varios momentos de tensión, pero todo dentro de lo que se había analizado. Si planeas bien una operación lo normal es que no salga mal", ha concluido.
Todo estaba planeado. Estaba escrito sobre el papel, comprobado y repasado en varias ocasiones. "Estábamos preparados para enfrentarnos a lo peor. A partir de ahí, todo lo que por suerte no cumpla ese nivel de amenaza va a salir mejor". Incluso estaba previsto una de las cambiantes circunstancias que finalmente pasaron, que se acelerase "la ventada de seguridad" y pudieron realizar la operación horas antes de lo inicialmente previsto.



