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El PP prioriza los pactos con regionalistas ante el enfado de Vox

El movimiento del PP forma parte de una estrategia a largo plazo. Feijóo quiere sumar apoyos de los grupos regionalistas en una posible investidura.

El movimiento del PP forma parte de una estrategia a largo plazo. Feijóo quiere sumar apoyos de los grupos regionalistas en una posible investidura.
El presidente del Partido Popular Alberto Núñez Feijóo con sus barones. | EFE

Desde el pasado 28 de mayo, en Génova repiten una y otra vez la misma frase: "No solo se puede pactar con Vox". A pesar de que en el PP necesitan el sí o la abstención de los de Santiago Abascal para gobernar en comunidades como la valenciana, Baleares, Aragón, Extremadura o Murcia, los populares han decidido aparcar estos posibles acuerdos hasta después de las generales del 23 de julio y han dado prioridad a sus pactos con formaciones regionalistas.

En Cantabria, el Partido Popular gobernará gracias al Partido Regionalista Cántabro de Miguel Ángel Revilla, que facilitará la investidura de María José Sáenz de Buruaga. También en Canarias, este martes se conoció que el PP compartirá gobierno con Coalición Canaria, siendo la Presidencia para los regionalistas y la vicepresidencia para los populares.

Estrategia a largo plazo

Unos pactos que no son menores ya que forman parte de una estrategia a largo plazo. Feijóo tiene la vista puesta en las generales del 23J y en poder sumar el apoyos de estos grupos regionalistas en una posible investidura.

En Vox han visto este movimiento y se siente despreciados por un PP al que insisten en tender la mano para llegar a acuerdos y conformar "la alternativa" a la izquierda. Santiago Abascal advirtió el lunes del "error" que supondría echarse en manos del PRC de Revilla en Cantabria, sobre todo por el perjuicio que generará a los cántabros apostar por "el continuismo", evidenciando su malestar por el esquinazo del PP.

Para evitar enturbiar las negociaciones en el resto de comunidades, el líder de Vox evitó precisar si habrá consecuencias a la hora de pactar con el PP, con el que esperan gobernar en la Comunidad Valenciana y Baleares, a la espera de saber si exigirán también esas condiciones en Murcia o Extremadura donde los populares se han quedado más cerca de lograr la absoluta.

El caso extremeño

Especialmente difícil será llegar a un acuerdo con María Guardiola por la dureza de sus palabras contra Vox. "Cuando veamos que hay deseo de negociar y respeto a nuestros votantes, sin duda avanzarán las conversaciones", decía el portavoz parlamentario del partido, Iván Espinosa, sobre Extremadura al ser preguntado en los pasillos del Congreso antes de la Diputación Permanente.

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María Guardiola, líder del PP extremeño.

Espinosa precisaba que exigirán gobernar para "hacer política" en aquellos lugares en los que "crean que tiene sentido", con la máxima siempre de exigir "respeto a nuestros votantes", lo que podría implicar apoyar desde fuera con compromisos firmados y negociaciones presupuestarias en determinadas regiones.

Aunque Vox ve con malos ojos la opción de alargar las conversaciones hasta después de las generales, la contienda electoral es un factor que distorsiona las opciones de llegar a acuerdos, que previsiblemente serán más fáciles de alcanzar una vez se produzcan las votaciones el próximo 23-J.

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