Sibora Gagani desapareció el 14 de julio de 2014 en Torremolinos. Tenía 22 años y su familia siempre sospechó del que era su novio —Marco R.—. Él dijo que se ha había marchado sin coger nada, después de una pelea. No había ningún rastro, ninguna pista que poder seguir. Así fue hasta que el ciudadano italiano fue detenido el pasado mes de mayo como presunto responsable del asesinato de su última pareja —Paula, de 28 años—, a la que cosió a puñaladas.
Durante su arresto como responsable de la muerte de la mujer (con la que tenía un hijo, el varón realizó una confesión espontánea que ha llevado a los agentes hasta el cuerpo de su primera víctima. Al llegar a comisaría, Marco vio el cartel de búsqueda de Sibora y afirmó: "Quiero colaborar, esto me va a perseguir siempre como lo de Marta del Castillo". "La maté, está enterrada en una pared", detalló. Luego lo negó y optó por no declarar en el juzgado. Pero los investigadores habían tomado buena nota y se pusieron manos a la obra.
No han parado hasta encontrar los restos de la joven, ocultos entre dos paredes de la vivienda la pareja compartió hasta que desapareció. Un hallazgo que -explica Policía Nacional- ha sido posible gracias a la pericia de los agentes, que detectaron "una anomalía en la construcción de una de las paredes" y al uso de "una novedosa técnica con instrumental de Rayos X", pero también a la "total colaboración" del actual propietario y moradores del inmueble.
El hallazgo del cajón
Tras la sorprendente confesión de Marco en comisaría, los agentes centraron la investigación en el piso de El Calvario. En la primera diligencia de entrada y registro en la vivienda, "se emplearon densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, aunque sin resultado positivo".
Ante la sospecha de que el asesino de Sibora hubiera podido usar alguna sustancia abrasiva para eliminar pruebas, se realizaron dos nuevas inspecciones oculares por parte de la Policía Científica. Y por último, ya el pasado martes colaboraron agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación, que pusieron en práctica la mencionada técnica de Rayos X.
Sabían que la clave estaba en la estancia en la que habían detectado una anomalía. La compararon con la del inmueble colindante y concluyeron que se había construido un armario que había sido tapiado. En la vivienda gemela, no existían ni el hueco ni la pared. La demolieron y encontraron "un gran cajón de madera de aglomerado". "El interior estaba repleto de cal, desprendiendo un fuerte olor a esta sustancia" al levantar la tapa.
Un cuchillo y flores
Sobre la cal, había una bolsa de plástico. "Contenía un cuchillo con restos de sangre seca", presumiblemente es el arma del crimen. A continuación, los agentes procedieron a "extraer la cal con sumo cuidado, apareciendo enterrados bajo la misma diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida" y también "un ramo de flores sobre el torso" del cadáver, que se hallaba "en el interior de un saco de acampada".
El cuerpo estaba a su vez "envuelto en bolsas de plástico". Los investigadores las retiraron y encontraron un cadáver completo "en condiciones de saponificación" (cubierto por una capa grasa), aunque "podía intuirse que se trataba de una mujer". A todas luces se trata de Sibora Gagani, la joven de origen albanés y nacionalidad italiana que desapareció hace nueve años en Torremolinos.



