
El Mundo
"Sánchez dispuesto a negociar un precio con Puigdemont". Menuda sorpresa. Sánchez negociaría con cualquiera que le mantenga en el poder menos con el PP, o sea, con la España que ha ganado las elecciones. "Los barones piden un giro en la relación con Vox". "Dirigentes del PP lamentan haber movilizado más a la izquierda: «Nuestro error ha sido abonar el marco de Vox e incentivar el voto del miedo»". Menuda empanada mental tienen en el PP. El miedo a Vox lo incentiva Vox.
Lucía Méndez está encantada. "El sanchismo ha derrotado a sus enterradores. Y eso no hay quien lo entienda en el PP, ni quien lo aguante, ni quien lo asuma. Feijóo necesitará de mucha mano izquierda -si se permite la expresión- para conducir a su partido por este desierto que no se sabe si será de meses hasta otras elecciones, o de años si Pedro Sánchez decide dar otro triple salto mortal con los tirabuzones de Puigdemont. Delante de Feijóo, se abre un camino que no se sabe a dónde conduce. Cuatro años como líder de la oposición al sanchismo es un futuro muy poco atractivo para un líder que llegó a Madrid ya vestido con los ropajes de presidente del Gobierno". Feijóo ha ganado las elecciones. Dos factores, al margen de la falta de escrúpulos de Sánchez, no le permitirán gobernar. El rechazo que genera Vox y que mientras exista Cataluña y El País Vasco es muy difícil que gobierne la derecha.
Dice Jorge Bustos que "habrá urnas antes o después, y no deberían pillar desprevenido o desmoralizado al PP". No pide nada, Bustos. "Si la no izquierda se mira a sí misma sin histeria descubrirá que ha cosechado los mismos 11 millones de votos que sostuvieron las absolutas de Aznar y de Rajoy. Mientras ese voto se divida en tres o dos partidos, Sánchez sobrevivirá. Sobre todo si uno de esos partidos inyecta esteroides de pánico en la izquierda desmovilizada. Será injusta, pero una ley de hierro de la sociología española dicta que, mientras exista Vox, la derecha no gobernará". Vox genera un tremendo rechazo y eso es lo que hay.
El Mundo vive en los mundos de yupi. "La realidad es que España no está condenada a la inestabilidad y a que sus dos grandes partidos, anudados a sus respectivos extremos, sigan dándose la espalda. PP y PSOE representan a la mayoría social, con 15,8 millones de votos (el 64,6%) y 258 escaños. Un acuerdo entre ambas fuerzas no solo contribuiría a restaurar la concordia, sino que resulta imprescindible para que España progrese atajando sus problemas estructurales". La realidad, Manso, es que estamos en manos de un psicópata que odia a media España y no da ni agua a los que considera sus enemigos, que son todos los que no le votan.
"Feijóo tiene la oportunidad de ofrecer al PSOE un pacto para conseguirlo y cargarse de legitimidad y autoridad moral. Será responsabilidad de Sánchez si, como es previsible dada su trayectoria, lo rechaza, pero no podrá sostener que carecía de una alternativa a reforzar sus alianzas disruptivas". Sánchez no considera que tenga que dar explicaciones de sus decisiones. Hace lo que le da la gana y punto.
"Una de las lecciones del 23-J es el problema que el PP tiene con Vox". "Si el PP reprocha con razón a Sánchez su dependencia de siglas extremistas, sería un signo de coherencia que repensara su relación con Vox, aunque el precio implicara poner en cuestión alguno de sus gobiernos autonómicos".
Como dice Arcadi Espada, "los -pocos- votos que le han faltado a Feijóo para gobernar están en Cataluña". "La vertebración política de la otra mitad de Cataluña es la condición de cualquier alternativa a la izquierda nacionalista, un sintagma que ya define en toda su extensión al PSOE y que debe definir, en acerado contraste, a su oposición". No se ha conseguido, Arcadi, se ha intentado, pero lo que no puede ser no puede ser. Y España no puede estar perpetuamente gobernada según lo que pase en Cataluña.
David Jiménez Torres dice que "Feijóo haría un notable servicio a nuestra democracia ofreciendo un gobierno de coalición a Sánchez". Aunque sabe David que eso no tiene ningún recorrido. "Ninguno de nosotros nació ayer, y sabemos que Sánchez -por desgracia- rechazaría el ofrecimiento. También sabemos que muy pocos de sus votantes le castigarían por ello: nuestra izquierda realmente existente prefiere los acuerdos con ERC y Bildu -y con Puigdemont, cuando llegue el caso- a los acuerdos con la derecha". Ese es el problema de España. La izquierda. "Esto no quita para que lo correcto sea ofrecer de buena voluntad un Ejecutivo compartido, y recordar así a los españoles que esta opción ni es inconcebible ni es impracticable. Feijóo no tiene nada que perder y todos tenemos algo que ganar si queda claro que al menos un partido propone salir del manicomio sectario en el que se ha instalado nuestra política". ¿Y eso de qué sirve? La izquierda española es sectaria hasta la náusea.
El País
"Críticas de los barones a la campaña de Feijóo: "Los errores reiterados como el de las pensiones y Marcial Dorado influyeron"". Gilipolleces del sanchismo mediático. Feijóo ha ganado las elecciones. Lo que ha fallado es la división del voto y la ley electoral que le da a Cataluña un peso que no le corresponde. Y las encuestas. ""El GPS nos estaba guiando mal", resume un presidente popular, que cree que Narciso Michavila, presidente de GAD3, la encuestadora de confianza del PP, "se ha pegado una torta de cojones"". Pues mira, sí, en eso tienen razón.
"Vox actuó "de forma irresponsable", enfatizando su perfil más extremista, lo que torpedeó a Feijóo la estrategia moderada en Cataluña". Vamos, que Vox actuó de Vox.
"El PSOE probará la futura investidura de Sánchez con el pacto para la presidencia del Congreso", dice Javier Casqueiro intentando esconder la realidad. Mira Javier, no somos idiotas, Sánchez pactará con Puigdemont, punto pelota.
El editorial es para liarse a tortas con Pepa Barroso y no parar. "La dureza de la campaña electoral —y de la conversación pública durante toda la legislatura—, el lenguaje descarnadamente agresivo, el recurso a la exageración por sistema, la tolerancia de los líderes al exabrupto o el abuso de la acusación ad hominem no han funcionado electoralmente, pero han enlodado el clima civil de una democracia con problemas equivalentes a cualquier otra y con un digno nivel de calidad de vida. Esa sórdida España que dibujaba el ecosistema conservador mediático-político —radicado la mayor parte de las veces en Madrid— ha contestado por su cuenta para desmentir el pavoroso retrato de una España en descomposición". Pero vamos a ver, Pepa, que todos hemos visto como a todas horas la izquierda ha puesto a parir a Feijóo, que si mentiroso, que tiene gracia la cosa, que si insolvente.
"Esperemos que el resultado del 23-J permita desterrar la hiperactividad acelerada de quienes viven la política como un acoso y derribo incondicional, con el objetivo de aturdir al cuerpo electoral y desactivar su capacidad de reflexión racional y cuerda". Y esto lo dicen los que han estado sacando una foto de hace 30 años que no tiene nada que ver con la realidad. Eso sí que es acosar. Y lo saben.
Un ejemplo de hiperactividad acelerada, de vivir la política como acoso y derribo incondicional, del exabrupto o el abuso de la acusación ad hominem, es Idafe Martín Pérez. "Bustos es probablemente el más radical de los columnistas de los medios conservadores y nadie le supera en la fachosfera". Qué moderación, Pepa, nada crispante.
ABC
"Feijóo reivindica la victoria del PP y pide gobernar". Pues va a ser que no. El editorial dice que "un referéndum por la independencia es inconstitucional y, por tanto, ilegal, lo mismo que cualquier tipo de amnistía. Sencillamente, esa exigencia supera el marco legal y ni siquiera Sánchez, que ha derogado la sedición e indultado a los condenados del 'procés', podría convertir su palabra en una garantía para causar semejante destrozo a nuestra Constitución. Ese planteamiento no sería admisible en nuestro Estado". ¿Qué no? Eso ya lo veremos. En la calle, la gente está tan harta de los indepes que prefieren que se piren.
"Una investidura de Sánchez con Sumar, ERC, Bildu, el PNV y el apoyo expreso o tácito de Junts sería el escenario más tóxico, y como mal menor y recurso alternativo, cobraría sentido una nueva convocatoria a las urnas para deshacer un bloqueo institucional corrosivo para España, como se demostró en 2016". Ganaría Sánchez de calle.
"En realidad el Congreso se ha 'moderado', con menos escaños de los partidos más radicales y populistas. Sin embargo, difícilmente eso se traducirá en acuerdos PP-PSOE, que serían una alternativa para no tener que depender de extremismos. Pero lamentablemente no tienen visos de producirse. Primero, porque Sánchez lo rechaza, y segundo, porque la izquierda y el independentismo están vendiendo como un éxito político lo que no es sino una alianza de partidos perdedores. Esa es la complejísima disyuntiva que afronta España". Pasó el tiempo de hablar de cosas imposibles. Seamos realistas, a la sociedad se la trae al pairo Bildu, ERC y hasta Puigdemont y llevamos décadas dependiendo de Cataluña por su peso electoral.
Isabel San Sebastián también le da un meneo a Vox. "Abascal haría bien en reflexionar sobre el daño que su mensaje ha causado a lo que dice defender. Porque una cosa han dejado meridianamente clara estas elecciones: una derecha dividida es carne de cañón ante Frankenstein".
Cuartango también vive en las nubes. "Es público y notorio que los partidos independentistas exigen un referéndum de autodeterminación a fecha fija. Ayer Junts insistió en que fuera vinculante y pidió una amnistía. Sin estos compromisos no habrá Gobierno. Esto es una línea roja que Sánchez no puede cruzar". Sánchez se puede permitir hacer lo que le dé la gana. Nada de lo que ha hecho le ha pasado factura, y al menos en esta ocasión, no ha engañado a nadie. La gente sabe lo que ha votado. "Sánchez afirmó en el Comité Ejecutivo que pretende gobernar. Hacerlo pagando el precio que exigen los independentistas sería una catástrofe para el PSOE y para España". ¿Sí? Pues ha gobernado con Iglesias, con Otegi y con Junqueras y ahí le tienes, tan pichi y con más escaños que cuando llegó al poder.
Jesús Lillo da en el clavo. "El sanchismo no solo existe, sino que es compartido por la mayoría social". La gente teme más a Vox que a Bildu.
La Razón
"Pacto Feijóo-Moreno para pelear «hasta el final»". Sí, claro, tendrán que currar, para algo les pagamos. "Génova cree que Junts no dará su apoyo a Sánchez si no es a cambio de la independencia". ¿Y? La mayor parte de la gente apoyaría la independencia, unos por convicción y otros por puro hartazgo. "En el PP están convencidos de que «Sánchez entregará lo que tenga que entregar para seguir de presidente» porque de las urnas ha interpretado el mensaje «de que haga lo que le haga, la gente le vota»". Es que es la realidad.
Dice el editorial que "algunas de las demandas que ya han puesto sobre la mesa los partidos nacionalistas, como el referéndum consultivo pactado con el Estado, tienen un difícil encaje en la Constitución y, de hecho, obligaría al presidente del TC, Cándido Conde Pumpido, a un ejercicio imposible de ingeniería jurídica". Nada es imposible para Pumpido. "Es pronto para saber con certeza si Junts se avendrá a facilitar la investidura de Pedro Sánchez, en concurrencia con ERC, pero el secretario general socialista no parece consciente de su mal resultado electoral, y hay demandas políticas que, sencillamente, no pueden ni siquiera llegar a considerarse". Ja.
José Antonio Vera cree que Feijóo puede gobernar. "Feijóo tiene la obligación de intentar lo que hoy parece inviable. Primero, pidiéndole al PSOE un acuerdo de legislatura, sobre la base de que mande la lista más votada, aunque pactando con los socialistas la política de Estado. Si no es posible, que no lo será porque Sánchez dirá «no-es-no», el líder del PP debe intentar la investidura con los votos de Vox, PNV, CC y UPN". "Vox tiene que apoyar la investidura sin contraprestación alguna a cambio. Sólo por España, que dirían ellos". "El PNV no quiere saber nada de Vox, pero si el PP no pacta con los verdes, la situación cambia". No cambia nada, Vara. El PNV sabe que el PP ha pactado con Vox en varias autonomías. Ha dicho que no, y no es no.
"Algunos se ríen a carcajada limpia cuando se plantea esta posibilidad. Es para reírse. Pero es la única opción que queda, descartado Puigdemont. Si repite Sánchez porque Vox no apoya a Feijóo, Abascal se puede ir buscando un retiro dorado, junto a Rivera y Arrimadas".
Como dice Marhuenda, "no hay duda de que el mejor aliado de Sánchez ha sido y es Abascal. El excéntrico radicalismo de Vox anunciando un nuevo conflicto en Cataluña ha favorecido al PSC. Desde la precampaña hasta el último día han mostrado un radicalismo que ha permitido que Sánchez y su poderoso aparato mediático recuperaran el espíritu de la «Foto de Colón»". Un radicalismo que ha conseguido asustar a la gente. Si ya se les miraba de reojo, con el giro falangista han conseguido que la mayor parte de los votantes les tengan pavor.

