El Partido Demócrata Europeo de Cataluña, PDeCAT, está a un paso de bajar la persiana. El trámite se llevará a cabo muy probablemente el próximo mes, cuando hay convocada una asamblea extraordinaria para decidir el futuro de la formación. El PDeCAT nació en el verano de 2016 como una refundación de Convergencia Democrática de Cataluña, el partido de Pujol que dominó la política catalana durante tres décadas.
Artur Mas y Carles Puigdemont lideraron la "nueva" formación, que impulsó la plataforma Junts per Catalunya (JxCat) para las elecciones autonómicas de diciembre de 2017, las convocadas al amparo del artículo 155 de la Constitución tras el golpe de Estado separatista. Pero lo que parecía tan sólo una nueva marca para camuflar el origen y el gen convergente del PDeCAT devino un partido al servicio de Puigdemont mientras que el "original" entró en una deriva decadente que ha culminado con un estruendoso batacazo en las elecciones generales del pasado 23 de julio.
En esos comicios, la candidatura liderada por el joven independiente Roger Montañola, tocó fondo con tan sólo 31.531 votos, por debajo del 1% y sin conseguir representación en el Congreso de los Diputados.
El principio del fin comenzó con la crisis provocada por Carles Puigdemont para dar cuerpo de partido político a Junts per Catalunya (JxCat). De los ocho diputados que tenía en el Congreso, cuatro decidieron no acompañar la deriva de Puigdemont y permanecer en el PDeCAT, que se quedó con los derechos electorales. Pero eso no fue suficiente para mantener representación en la cámara baja.
Tras esa ruptura, el PDeCAT concurrió a las elecciones autonómicas de febrero de 2021 con la exconsejera del gobierno de Quim Torra Àngels Chacón como cabeza de lista, que tampoco logró entrar en el Parlamento catalán. Chacón no pasó de los 77.000 votos. A pesar del trompazo electoral, el PDeCAT mantuvo su actividad. Se reprochó a sus dirigentes, Marta Pascal, desaparecida de la vida política, y David Bonvehí, actual presidente de la formación, que partieran el voto independentista conservador y que facilitaran el sorpasso en el campo separatista de ERC a Junts.
Dos centenares de ediles
En las pasadas elecciones municipales, las del 28 de mayo pasado, el PDeCAT no se presentó por Barcelona. Decidió dar su apoyo a la candidatura de Xavier Trias, descabalgado del Ayuntamiento de la capital catalana por el PSC con los votos de los comunes de Colau y el PP. Sin embargo, el partido logró mantener una cierta estructura municipal con alrededor de doscientos concejales y representación en la Diputación de Lérida.
Sobre la situación de este partido no sólo pesa su aguda crisis de resultados, sino también que como heredero de la Convergencia de Pujol es el principal responsable subsidiario de las causas abiertas por la corrupción del famoso 3%, el sistema de mordidas a cambio de adjudicaciones ideado por los nacionalistas.
Así pues, todo apunta a que el PDeCAT está a punto de dar el paso de otras formaciones que también aspiraban al "legado" de Jordi Pujol, tales como Centrem, Lliures, la Lliga o la misma Unió Democràtica de Duran Lleida.