El Consejo de Ministros ha aprobado este martes tres nuevas medidas destinadas a modernizar las Fuerzas Armadas, para que no pierdan capacidades operativas, ya sea porque el material llega al final de su vida útil y no puede seguir siendo utilizado o porque el envejecimiento de los materiales obliga a desarrollar un programa de modernización del mismo. En total, permite al Ministerio de Defensa comprometer pagos a largo plazo por un importe superior a los 2.300 millones de euros.
El programa más importante es el destinado al nuevo Vehículo de Apoyo a Cadenas (VAC), que está llamado a sustituir a los veteranos M-113 TOA (Transporte Oruga Acorazado), que prestan servicio en el Ejército de Tierra desde los años setenta. Actualmente hay en servicio unas 1.300 unidades con diferentes configuraciones, de las que unas 700 han sido modernizadas entre 2015 y 2023 y las otras irán dándose de baja paulatinamente.
El M-113 TOA ha sido durante décadas una de las bases de los ejércitos de tierra occidentales, aunque cuando Estados Unidos anunció entrados los años 2000 que dejaba de modernizarlo obligó a todos a buscar nuevas soluciones. Varios centenares de estos vehículos han sido cedidos en los últimos meses por los países de Occidente a Ucrania para combatir la invasión de Rusia. España ha sido uno de esos donantes.
Este nuevo blindado, conocido como VAC, que hará tareas de apoyo al combate, como transporte de personal y carga, evacuación de heridos, tareas de ingenieros y zapadores… pues tendrá varias configuraciones, estará diseñado bajo la base de la plataforma ASCOD de GDELS-Santa Bárbara Sistemas, la misma que sirve de base para el VCI (Vehículo de Combate de Infantería) Pizarro, que presta actualmente servicio en el Ejército de Tierra.
El importe exacto aprobado es de 1.953,7 millones de euros, un dinero que será destinado a la compra de las primeras 394 unidades de las que se encargará el consorcio Tess Defence (compuesto por GDELS-Santa Bárbara Sistemas, Indra, Escribano M&E y SAPA Placencia), el mismo que desarrolla en la actualidad el 8x8 Dragón, otro de los vehículos sobre los que pivota la modernización del Ejército de Tierra.
El segundo programa probado por el Consejo de Ministros es el de actualización de los carros de combate Leopardo, de los que en las Fuerzas Armadas españolas prestan servicio dos versiones diferentes. La más antigua, la 2A4, en los regimientos de Ceuta y Melilla. De esta versión se han entregado una decena de unidades retiradas y posteriormente reparadas a Ucrania. La más moderna, los 2E, en la Península.
Según se detalla en la referencia gubernamental, se realiza "para mantener la operatividad de los carros de combate, que prestan una importante labor de disuasión dentro de las necesidades estratégicas del Ejército de Tierra". La duración de este acuerdo marco es de tres años, hasta el 31 de diciembre de 2026, con posibilidad de prórroga por el mismo plazo, teniendo un valor estimado de 208,2 millones de euros.
Por último, el Gobierno ha autorizado al Ministerio de Defensa a firmar un contrato con la empresa pública Navantia para la construcción de dos nuevos Buques Hidrográficos Costeros (BHC) por valor de 158,6 millones de euros.
La contratación del diseño y construcción de estos dos buques se enmarca en el proceso de modernización de la Flotilla Hidrográfica de la Armada necesaria para actualizar y potenciar sus capacidades en el cumplimiento de las misiones en materia de cartografía náutica oficial del Estado y militar específica, que ésta tiene asignadas en relación con las costas españolas y de dar apoyo a la Fuerza Naval en sus operaciones.
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha asegurado que los acuerdos aprobados por el Consejo de Ministros van en la línea del compromiso adquirido con España en el marco de la OTAN de incrementar el presupuesto militar hasta el 2 por ciento del PIB, una cifra que el Ejecutivo calcula que podría alcanzar en 2029. "Hacemos una apuesta firme e inequívoca por invertir en defensa porque creemos que es invertir en paz y seguridad", ha dicho.