La militancia de Junts per Catalunya (JxCat) ha dado su apoyo de forma mayoritaria al acuerdo suscrito el pasado jueves entre el PSOE y la dirección del partido de Puigdemont. Unos seis mil afiliados tenían derecho a voto. De ellos, ha votado el 67% y el 86,16% ha respaldado el acuerdo. Ha votado en contra el 13,83% y un 0,01%, en blanco.
La pregunta era la siguiente: "¿Ratificas el acuerdo firmado en Bruselas entre Junts per Catalunya y el PSOE, en el que se establecen tanto las condiciones como los mecanismos para la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado español y en el que plantearemos un referéndum de autodeterminación?". Es decir, ni una alusión a la amnistía, al "lawfare" para incluir en la medida a Laura Borràs (condenada por corrupción) y a Gonzalo Boye, el letrado del prófugo (procesado por blanqueo de capitales del narcotraficante Miñanco) o las concesiones económicas logradas a cambio de los siete votos de los diputados en el Congreso.
Con este trámite, Junts ha resuelto el proceso de aprobación del acuerdo, que superó los "exámenes" de la ejecutiva del partido y del "consell nacional" antes de someterlo al escrutinio de los militantes. De hecho, no había duda de que Puigdemont conseguiría el respaldo de su partido y tan sólo quedaba por saber con qué margen. La votación ha sido menos apretada incluso que la que decidió la salida de Junts del gobierno catalán, en octubre del año pasado. En aquella ocasión, votó el 79% del censo y aprobó la salida el 55% frente a un 44% en contra.
La votación se ha llevado a cabo en medio de un ataque informático coordinado desde diversos países, según ha denunciado el propio partido. Sin embargo, la dirección ha asegurado que dicho ataque, unas 70.000 agresiones "coordinadas", no ha afectado al proceso de votación.
De este modo, Pedro Sánchez se ha garantizado los siete votos de Junts en el Congreso.