La Policía Nacional ha detenido en el municipio murciano de Albanilla a José Manuel Cánovas Rivera, el líder de una comunidad espiritual de carácter budista que se hacía llamar ‘Trascendencia Total’ y -según fuentes de la investigación- "utilizaba diferentes técnicas de manipulación coercitiva, entre las que se encontraba el suministro de sustancias psicoactivas peligrosas para la salud". Lo hacía, añaden, "con fines económicos y de poder". El arrestado presidía la Fundación Mahasandhi, conocida por promover la construcción del Buda más grande de Europa, que financiaba con el dinero de sus seguidores.
"Conseguía que sus adeptos trabajaran y realizaran aportes económicos" para la organización, con lo que habría logrado aumentar "en relativamente poco tiempo, su patrimonio". La secta, que se estableció hace aproximadamente 15 años en la localidad de Abanilla, contaba con un complejo de alrededor de 100.000 m2 que albergaba casas cueva, templos, bunkers y un laboratorio en el que el gurú "practicaba la alquimia". Sus seguidores le reconocían como sanador, maestro y líder espiritual.
Se supone que José Manuel tuvo una especie de revelación a los 19 años de edad que le hizo viajar hasta Dharamsala (India) "donde reside la mayor comunidad de tibetanos en el exilio" en busca de "el camino de la sabiduría", por lo que el joven se habría instalado allí durante 12 años y habría recibido enseñanzas de lamas como "S.S. Dalai Lama y S.S. Karmapa". Esa es al menos la información que encontramos en la web de la fundación sobre el origen de la Asociación Mahasandhi y posteriormente el Proyecto Amitabha (para la creación de un Buda de la Luz Infinita gigante).
Del crecimiento personal a la secta
Tiempo después, tras varios años de formación, José Manuel decidió compartir los conocimientos adquiridos y puso en marcha la Fundación Mahasandhi. "Un centro de convergencia de estudios y prácticas de Dharma", se señala en su portal en Internet. En el calendario de actividades que ofrece la organización, encontramos "desde las prácticas espirituales más profundas de diferentes tradiciones orientales a talleres, seminarios y otras actividades relacionadas el crecimiento personal y la vida sana" como "yoga, música, baile, alimentación, etc.".
Estas disciplinas, aparentemente inofensivas, servirían en muchos casos como gancho para encontrar nuevos adeptos. La Fundación Mahasandhi se vendía como un "puente entre culturas de oriente y occidente". Podríamos explicarlo como un trueque o intercambio de conocimientos ancestrales por dinero. Eso sí, que sería empleado para ayudar "a los grupos mas desfavorecidos" a través de su "proyecto humanitario con los refugiados tibetanos en Tso Pema". A la vista está que todo lo que tiene que ver con ‘Trascendencia total’ resulta exótico, pintoresco e incluso surrealista.
Hablamos de un quiromasajista convertido en gurú de un grupo espiritual originalmente budista pero que adopta algunos elementos del hinduismo y el cristianismo. Y que, desde hace mucho tiempo, no habla. Un voto de silencio que mantendrá hasta que el Proyecto Amitabha -su "sueño"- sea una realidad. Él se comunicaba a través de una libreta o gracias a la interpretación de su pareja (que le lee los labios), incluso en los videos que subía a Youtube. La escena resultaría cómica si no fuese por la cuestión del almacenamiento de mercurio (metal altamente tóxico) y el proceso de "purificación" que realizaba en sus laboratorios.
Un zulo con mercurio
El gurú se encuentra en prisión provisional como presunto responsable de delitos contra la salud pública, contra el medio ambiente, contra los derechos de los trabajadores, contra la integridad moral y también por asociación ilícita. En primer lugar, los investigadores pudieron corroborar que "durante las ceremonias realizadas en la Fundación se distribuirían diferentes clases de psicoactivos perjudiciales para salud y de cuyos efectos presuntamente se valdría ‘Trascendencia Total’ para lograr someter la voluntad de los consumidores".
También tienen constancia de que el detenido construyó un zulo en Abarán (Murcia) "para almacenar clandestinamente 180 kilogramos de mercurio y cinabrio, entre otras sustancias". Según los investigadores, el detenido pretendía elaborar una sustancia llamada "mercurio purificado" utilizando técnicas de alquimia, convencido de sus "efectos energizantes y vitalizadores". "Un proceso que era realizado por los adeptos", que comenzaron a "manifestar diferente sintomatología originada por la neurotoxicidad del mercurio".
Además, los residuos de estas prácticas se habrían depositado en una fosa séptica dentro de la comunidad, "lo que sería altamente tóxico para el medio ambiente". Por otra parte, la Policía Nacional practicó el viernes dos registros que resultaron reveladores: el primero, en la finca de Abanilla donde residía el gurú con un grupo de seguidores; el segundo, en una nave del municipio murciano de Lorquí donde se elaboraban "elixires" -a los que atribuía efectos "milagrosos"- que luego se comercializaban.
Los agentes intervinieron: 90.000 euros en metálico, un revólver, 19 kg de marihuana, múltiples sustancias para la práctica de la alquimia, documentos sobre la experimentación con estas sustancias peligrosas y diverso material pseudo religioso y esotérico. Y, dadas las irregularidades encontradas, los servicios inspectores de la Consejería de Salud Pública de Murcia, "han clausurado la referida nave del polígono industrial de Lorquí".