Agarrándose a la investigación abierta al novio de Isabel Díaz Ayuso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utilizó la rueda de prensa en Bruselas tras el Consejo Europeo para lanzar un brutal ataque al Partido Popular, de quien dijo que está haciendo "una oposición absolutamente destructiva", y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que volvió a pedir que dimita o, en su caso, que se vaya a instancias de Alberto Núñez Feijóo.
Sánchez habló de que soporta "una especie de oposición tóxica" que ha llegado a pedir "inhabilitar al presidente del Gobierno". Aludía, sin citarlo, al caso de los negocios de su mujer Begoña Gómez y a la denuncia presentada por el PP ante la oficina de Conflicto de Intereses, dependiente de su Ejecutivo.
El presidente llegó a decir que su estrategia consiste "en inocular odio en la sociedad para confrontar" y vinculó ese "ruido" con "el silencio de Alberto Núñez Feijóo ante el caso Ayuso". Después, insistió en que el líder del PP debería exigir su dimisión: "No tiene excusas". Después, en pleno caso Koldo, presumió de que él, como presidente y líder del PSOE, sí ha "tomado decisiones contundentes, rápidas" y "ejemplares". Ahora, apuntó, el PP debe "expulsar esa corrupción y es, llegó a decir, lo que "espera toda España".
Sánchez se presentó como víctima de una estrategia "que busca polarizar y generar desafección política". Y señaló que existe una "polarización asimétrica": "Gente que ataca y gente que sufre los ataques; gente que miente, y gente que tratamos de hacer de la verdad nuestra forma de hacer política", llegó a decir el presidente que negó los indultos y negó la amnistía, entre otros muchos atropellos a su hemeroteca reciente.
El líder del partido de Patxi López y Óscar Puente también quiso hablar de los medios "que han reflejado todo lo que está sucediendo en el caso Ayuso, de mentiras, de fraudes", y que a su juicio están recibiendo la respuesta de "amedrentarlos y señalarlos". Obviando sus propios señalamientos a la prensa incómoda y el arrinconamiento habitual de los críticos con su gobierno, avisó de que éste "es un desafío que nos concierne a todos, a toda la ciudadanía que cree en la política como herramienta de transformación y progreso", no sólo "a los políticos que sufrimos las mentiras". "Quien quiere embarrar", zanjó, "es que está de barro hasta arriba", dijo.

