
Este miércoles es 29 de mayo, el día en que, si quisiera, Pedro Sánchez podría disolver las Cortes y convocar elecciones, tal y como le pidió el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este domingo en la quinta manifestación convocada por su partido en contra de la amnistía que, si nada lo impide, saldrá adelante este mismo jueves.
A pesar de que la legislatura pende de un hilo, con independentistas y proetarras apretando al jefe del Ejecutivo, por no hablar de los numerosos casos de corrupción que acosan a los socialistas, desde ministros hasta Begoña Gómez, el líder del PSOE ha vuelto de su retiro de cinco días con ímpetu.
Si atendemos a la Constitución, esa que Sánchez prometió "guardar y hacer guardar", no se pueden disolver las Cortes Generales ni convocar unas nuevas elecciones generales antes de este 29 de mayo, junto un año después de la última disolución y que fue consecuencia de la aplastante victoria en Madrid de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Desde este día y ya con el Congreso y el Senado disuelto, la ley estipula un mínimo de 54 días para celebrar nuevas elecciones generales. De ser así, sería el 21 de julio, una vez más en plenas vacaciones estivales, cuando el presidente del Gobierno tendría a bien convocar a los españoles para unas nuevas elecciones generales.
Aunque, también según marca la ley, las comicios generales se tienen que celebrar entre el día 54 y el 60 tras su convocatoria, lo que quiere decir que se podrían celebrar entre el 22 y el 28 de julio, siendo esta la fecha más probable al tratarse de domingo.
Al PP y a Feijóo no le atemoriza ni el CIS de José Félix Tezanos, quien aupa a su PSOE a la victoria en la próxima convocatoria electoral del 9 de junio y deja al PP por debajo de los socialistas hasta en su mejor pronóstico –entre 18 y 20 eurodiputados–. Pero ni las encuestas ni los casos de corrupción que asolan la Moncloa por fuera y por dentro parece que vayan a ablandar el corazón enamorado de Pedro Sánchez hasta el punto de llevarlo a una enajenación transitoria que lo conduzca a una convocatoria de elecciones generales en plenas vacaciones de verano por segunda vez en democracia.
De hecho, desde el PP creen que el resultado de las elecciones europeas y la investidura del presidente de la Generalidad serán claves para dicho posible adelanto de los comicios. Si Sánchez aparta de la presidencia catalana al prófugo Carles Puigdemont lo que resta de legislatura se prevé insostenible así que si consigue un buen resultado en las europeas podría aprovechas esa inercia para mandar a los españoles a votar en verano.



