La Universidad Complutense de Madrid ha decidido no renovar la cátedra extraordinaria para la Transformación Social Competitiva creada para Begoña Gómez. Y es que, como publicó Libertad Digital, la lista de irregularidades sin explicar por parte de la Complutense empieza a ser excesiva. Con un problema añadido: lo que puede parecer una mera cuestión técnica pero, sin embargo, prueba que tuvo que haber una influencia política en la creación de la cátedra, llamó la atención del juez Peinado, el instructor del caso de la mujer del presidente. La cátedra fue creada tras llamar al rector a La Moncloa. Y se dio la orden de lanzarla sin contar con el convenio de patrocinio, algo que vulnera la norma de la Complutense. Y ahí surge la gran pregunta: ¿quién les garantizó que el patrocinio llegaría sí o sí? Porque lo cierto es que el buscador de los patrocinios fue el amigo personal de Pedro Sánchez, David Sanza.
El juez Peinado no pasó por alto un momento de la declaración del rector Goyache de la Universidad Complutense. El pasado 29 de julio declaró Goyache en condición de imputado. Y se encontró con una pregunta obvia. El juez quiso saber si Goyache había estado en contacto con la jefa de servicio de la Universidad donde se tramita la creación de las cátedras extraordinarias o con algún profesor permanente relacionado con el máster. Y el rector contestó tajante que "jamás" tuvo el borrador del convenio en sus manos. "Nunca", puntualizó.
"¿No lo ha visto nunca?", remarcó el magistrado. "Lo he visto posteriormente, cuando ha surgido todo esto", afirmó Goyache. "Sí, pero… ¿usted da instrucciones al vicerrector para que cree la cátedra y no ve en ningún momento el convenio?", volvió a preguntar el juez Peinado. "Nunca, señoría", reafirmó el rector. "¿Ni antes ni después de la creación de la cátedra?", volvió a insistir el juez. "Ni antes, ni después", confirmó Goyache. "¿Y las adendas?", volvió a insistir el instructor. "Tampoco", subrayó el rector. Nada. No vio nada, según Goyache. Pese a lo que decidió crear la cátedra. ¿Por qué? O, dicho de otra manera, ¿por qué tras ser citado en La Moncloa?
Vulneración del protocolo de la Universidad
La pregunta es de una gravedad máxima, porque se trata de una vulneración del protocolo de creación, justo con la mujer del presidente, justo tras citarse en la Moncloa, justo tras buscar más tarde el patrocinio el amigo íntimo de Sánchez, y justo tras ayudar a crear el contenido Carlos Barrabés, premiado con cartas de recomendación de Begoña Gómez de cara a los concursos públicos.
Y es que la creación de la cátedra de Begoña Gómez sin la más mínima exigencia de titulación a la mujer del presidente y tras citar en la Moncloa al rector de la Complutense, Joaquín Goyache, se ha convertido en un problema a gran escala para la universidad. Tanto que ha decidido zanjar la cátedra. Y es que los distintos testigos están confirmando en sede judicial que no sólo es la única cátedra con esta falta de exigencia, sino que, además, la universidad pública incumplió sus exigencias de contar con patrocinadores privados antes de admitirla. Se autorizó antes de ello y, precisamente, para que Begoña Gómez pudiera exigir el patrocinio en base a la existencia previa de la cátedra.
Las declaraciones en sede judicial de los patrocinadores de la cátedra de la mujer del presidente del Gobierno han confirmado datos delicados para la Universidad Complutense. Los responsables de los dos principales patrocinadores –Reale Seguros y la Fundación La Caixa– aseguraron que fue directamente Begoña Gómez la que les contactó para obtener su respaldo económico y que lo hizo aseverando la existencia de la cátedra antes de contar con los fondos que la respaldaran. De hecho, fue ella la que les dio los datos principales tras, eso sí, confirmar la Complutense que cumplía con los requisitos, según les transmitió la propia mujer del presidente.
La Fundación La Caixa y Reale Seguros fueron los patrocinadores de la Cátedra de Begoña Gómez. Y han afirmado ante el juez Peinado que apoyaron la cátedra por el respaldo de la Universidad Complutense a esa cátedra, no porque ellos tuvieran un conocimiento previo de la preparación de Begoña Gómez. Es decir, que la Complutense se había comprometido a sacar la cátedra de la mujer del presidente antes de confirmar los patrocinadores. Y todo ello, pese a carecer del convenio exigido con los patrocinadores antes de aprobarla.