Uno de los afectados ha sido un restaurante cuyo propietario, visiblemente afectado, ha explicado que la inundación ha arruinado sus muebles, neveras y maquinaria.
"Me fui a dormir con miedo, me he levantado y aquí lo tienes, el local destrozado", lamentó el dueño del establecimiento, quien ha estado inspeccionando los daños desde primeras horas del día. La fuerza del agua arrasó con el mobiliario y equipos de trabajo, dejando una considerable pérdida económica para este y otros comercios en el área.
Las autoridades locales están evaluando los daños en la zona afectada y trabajan para limpiar calles y restablecer el tránsito, además de ofrecer apoyo a los comerciantes y vecinos damnificados. La situación ha sido un duro golpe para esta localidad turística, que ya se prepara para hacer frente a la recuperación tras el paso de la riada.

