La indignación se ha apoderado de los magistrados del Tribunal Supremo al comprobar como el bloque izquierdista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) está buscando un "pretexto legal" para colocar en las presidencias clave del Alto Tribunal a las candidatas favoritas del ministro de Justicia Félix Bolaños y del presidente del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido.
Tal y como avanzó LD hace un mes, los vocales izquierdistas del CGPJ maniobran para imponer a las magistradas Ana Ferrer y Pilar Teso en las presidencias de la Sala Segunda (Penal) y Tercera (Contencioso-Administrativo). Este martes, se anunciaba que el plazo para presentar candidaturas a las presidencias convocadas el pasado 10 de octubre había finalizado. Estos son los candidatos: Sala Primera, Ignacio Sancho; Sala Segunda, Ana Ferrer y Andrés Martínez Arrieta; Sala Tercera, Pablo Lucas y Pilar Teso; y Sala Cuarta, Juan Molins y Concepción Ureste. Los aspirantes serán convocados próximamente para comparecer ante la Comisión de Calificación.
Fuentes del CGPJ consultadas por Libertad Digital afirman que "existe una gran indignación entre los magistrados del Supremo. Nadie puede entender que el bloque izquierdista del Consejo quiera imponer a las candidatas de Bolaños y Conde-Pumpido, Ferrer y Teso, por delante de magistrados del nivel y prestigio de Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas". Ambas ya fueron las favoritas del ministro de Justicia y del presidente del TC para la presidencia del propio CGPJ que finalmente recayó en la también magistrada izquierdista propuesta por los conservadores Isabel Perelló.
Las mismas fuentes consultadas por LD subrayan que "el bloque izquierdista del CGPJ está buscando un pretexto legal para colocar a Ferrer y Teso. Dicha coartada sería la paridad entre hombres y mujeres en los nombramientos del Poder Judicial. El bloque conservador del CGPJ no aceptará a Ferrer y Teso, por lo que esta situación abocará a un nuevo bloqueo y por tanto, los actuales presidentes de la Salas seguirán en funciones".
La presidencia de la Sala Primera (Civil) era ejercida en funciones por el magistrado Francisco Marín Castán. En el caso de la Sala Segunda (Penal), el mandato de su actual presidente, el magistrado Manuel Marchena, vencerá en las próximas semanas tras cumplir cinco años desde su designación para el puesto. Por su parte, la presidencia de la Sala Tercera (Contencioso-Administrativo) es ejercida en funciones por el magistrado Pablo Lucas. La misma circunstancia se da en la Sala Cuarta (de lo Social), que ejerce en funciones el magistrado Antonio Vicente Sempere.
El favorito en el Supremo para convertirse en el sustituto de Marchena como presidente de la Sala Segunda es Andrés Martínez Arrieta. Este magistrado aterrizó en la Sala Segunda en 1998, ha dictado más de 2.000 sentencias, ocupa el primer puesto del escalafón judicial y tiene prestigio y reconocimiento en el seno del propio Supremo.
Para la Sala Tercera, el candidato predilecto en el Alto Tribunal como presidente es Pablo Lucas. Este magistrado era también uno de los favoritos para optar a la presidencia del CGPJ, pero no era bien visto por el Gobierno de Pedro Sánchez tras tumbar los nombramientos de Dolores Delgado como fiscal de Sala.
La paridad en el CGPJ
El CGPJ debe atender supuestamente a las previsiones contenidas en Ley Orgánica 2/2024, de 1 de agosto, de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres. Esta norma establece que todo nombramiento o propuesta de nombramiento debe garantizar el principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres, de tal manera que las personas de cada sexo no superen el sesenta por ciento ni sean menos del cuarenta por ciento.
En dicha ponderación, se tendrán asimismo en cuenta las aptitudes gubernativas, la trayectoria profesional, la excelencia jurisdiccional, la experiencia acumulada en el Tribunal Supremo y en el orden jurisdiccional o actividad profesional relacionada con el orden jurisdiccional al que pertenezca la plaza ofertada y las restantes actividades profesionales que hayan contribuido a incrementar las aptitudes necesarias para el desempeño de la presidencia de sala.
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