Según Nico de Autopromotor.info, el sector de la construcción se encuentra en un momento de incertidumbre. Aunque algunos esperan que una hipotética crisis económica provoque una caída en los precios, las condiciones actuales del mercado y del sector hacen que esta posibilidad sea altamente improbable. ¿Por qué no bajarán los precios de construcción? A continuación, analizamos los principales factores que influyen en esta dinámica.
1. Demanda creciente, oferta limitada
Uno de los factores clave que sostiene los precios es el desajuste entre la oferta y la
demanda. Con la bajada de los tipos de interés y la mayor accesibilidad al crédito
hipotecario, cada vez más personas tienen la capacidad económica para adquirir una
vivienda. Sin embargo, la construcción de nuevas viviendas no ha seguido el ritmo de esta demanda.
En ciudades grandes, se observa un aumento en las construcciones, pero en zonas rurales y pequeñas localidades la oferta es mínima. Esta situación crea un cuello de botella que dispara los precios. Además, el crecimiento poblacional y la necesidad de más viviendas debido a factores como el aumento de separaciones y la mayor longevidad complican aún más el panorama.
2. El cambio en el perfil de las constructoras
En la crisis de 2008, muchas constructoras tenían grandes deudas y se vieron obligadas a trabajar por debajo de sus costes para sobrevivir. Hoy, la situación es completamente distinta. Las empresas que lograron superar la crisis están financieramente saneadas, sin deudas significativas y con una estructura flexible. La mayoría subcontrata personal y alquila herramientas, lo que les permite adaptarse rápidamente a las fluctuaciones del mercado.
Este cambio estructural significa que las constructoras no tendrán la necesidad de reducir precios de manera agresiva para mantener su operación. En caso de una crisis,
simplemente reducirán su actividad o cerrarán temporalmente sin comprometer su
solvencia.
3. Producción bajo demanda en materiales
En el pasado, las fábricas de materiales de construcción acumulaban grandes inventarios. Esto generaba excedentes que, durante las crisis, se vendían a precios muy bajos. Hoy, la producción se realiza bajo pedido, lo que elimina la posibilidad de grandes descuentos debido a excedentes. Cada ladrillo, puerta o ventana que se fabrica ya tiene un comprador asegurado.
Este modelo de producción evita las caídas abruptas en los precios de los materiales y, por ende, en los costos de construcción.
4. El peso de la fiscalidad y los costos laborales
Otro factor que sostiene los precios es el alto coste de cumplimiento normativo y fiscal. Los salarios en el sector de la construcción están regulados por convenios y leyes, lo que dificulta cualquier reducción significativa. Además, los requisitos de seguridad laboral y otros costos adicionales impuestos por el estado aumentan el coste base de cualquier proyecto.
Aunque una reducción en la fiscalidad podría aliviar esta carga, actualmente no se
vislumbran cambios en este sentido.
5. El perfil del comprador actual
En el último auge inmobiliario, el crédito fluyó de manera indiscriminada, permitiendo que personas con poca solvencia adquirieran propiedades. Esto generó una gran cantidad de ejecuciones hipotecarias durante la crisis de 2008. Hoy, los bancos son mucho más selectivos, otorgando hipotecas solo a perfiles financieramente solventes.
En caso de una nueva crisis, es poco probable que estos compradores tengan que vender sus viviendas a precios bajos, ya que no estarán en situaciones financieras tan precarias como en 2008.
6. Inversores fuertes en el sector
Los inversores actuales en promociones inmobiliarias son, en su mayoría, entidades con grandes recursos financieros. Estas empresas no dependen de la venta inmediata de sus proyectos para sobrevivir y tienen la capacidad de esperar mejores condiciones de mercado si fuera necesario. Esto contrasta con el panorama de 2008, donde muchos promotores individuales se vieron obligados a liquidar propiedades a cualquier precio.
7. El impacto de la burocracia
Un obstáculo significativo para el incremento de la oferta es la burocracia. Obtener los
permisos necesarios para construir es un proceso largo y costoso que desalienta a nuevos promotores. Esto limita la entrada de nuevos actores en el mercado y reduce la competencia, lo que a su vez sostiene los precios.
8. La resistencia a crecer de las empresas del sector
Muchas empresas constructoras han optado por mantener operaciones pequeñas y
controladas. Este enfoque les permite gestionar sus recursos de manera eficiente y evitar riesgos innecesarios. Incluso si aumenta la demanda, estas empresas prefieren no crecer, lo que contribuye a la limitación de la oferta.
Conclusión: El mito de la bajada de precios
A diferencia de lo ocurrido en 2008, los fundamentos del sector de la construcción hoy son mucho más sólidos. Las empresas están mejor preparadas, los materiales se producen bajo demanda, y los bancos solo financian a perfiles solventes. Además, el crecimiento de la población y la falta de incentivos para aumentar la oferta garantizan que los precios de construcción y de las viviendas se mantengan estables o incluso continúen subiendo.
En este escenario, esperar una crisis para encontrar precios más bajos puede ser una
estrategia equivocada. En lugar de ello, los interesados en construir o comprar deberían centrarse en planificar y ajustar sus expectativas a las realidades del mercado actual.