Los últimos pulpos de la temporada han llegado hoy a los puertos gallegos, marcando el final de una campaña que ha sido especialmente importante para la economía local. Sin embargo, el sector pesquero ahora se enfrenta a un paro prolongado, ya que comienza la veda del pulpo gallego, una medida que, aunque suspende temporalmente la captura, es esencial para garantizar la recuperación de esta especie tan demandada.
La decisión de prolongar la veda este año responde a la preocupación por el descenso de las capturas en los últimos dos años, que han caído un 50% en Galicia. Los marineros confían en que, al otorgar más tiempo para la reproducción del pulpo, la especie pueda recuperar sus niveles poblacionales y asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

