
El independentismo catalán experimenta una nueva escisión. Los críticos de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), controlada por Lluís Llach, presentarán el próximo 5 de junio en Barcelona el último artefacto en la larga lista de siglas del independentismo. "Dempeus per la independència" (En pie por la independencia) se llama lo que aspira a ser una candidatura para las próximas elecciones autonómicas.
En pie por la independencia y en pie de guerra. El manifiesto fundacional del grupo contiene más ataques a otros independentistas que a España, lo que está empezando a dejar de ser una novedad en un mundo cada vez más crispado y radicalizado. "Es inaudito que después del estrepitoso fracaso y la incapacidad demostrada por parte de los gestores del 'procés', las mismas personas sigan liderando los partidos llamados independentistas y el independentismo institucional. Ninguna democracia sana lo permitiría y el independentismo no puede ser la excepción", reza el documento.
Los impulsores de esta candidatura se consideran víctimas de un engaño por parte de las autoridades que fraguaron el golpe de Estado: "El relato institucional de que la independencia no fue posible en octubre de 2017 es un relato fraudulento que sólo quiere sacudir las responsabilidades de los gestores de ese proceso. Como ya han reconocido públicamente, el plan de los responsables políticos sólo era negociar un estatus mejor en España o un referéndum pactado imposible. Por eso abandonaron las instituciones catalanas sin oposición ni resistencia, y las entregaron a España después de una simple resolución del senado español activando el artículo 155 de la Constitución española".
Tras descalificar la actual oferta de partidos independentistas, los promotores de "Dempeus" abogan por ir al choque con el Estado sin disimulo: "Creemos en una nueva fase política que nos lleve a culminar y sostener la independencia: declarando la independencia desde el Parlamento y sosteniéndola, movilizándonos en la calle, afrontando el choque institucional con España y consiguiendo el reconocimiento, forzando, si es necesario, la intervención internacional".
Pero más allá de la retórica grandilocuente, el nacimiento de esta formación revela la grave crisis de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la antaño todopoderosa organización y que ahora es incapaz de reproducir su poder de convocatoria durante los años duros del "procés".
Lluís Llach es considerado una especie de submarino de Carles Puigdemont que ha puesto la ANC al servicio de Junts y en contra de ERC. La pérdida de influencia de la ANC ya era galopante con la anterior presidenta, Dolors Feliu, a la que ahora se vincula con "Dempeus".
"Parlament Lliure"
Pero esta candidatura no es la única novedad en un independentismo frustrado y que añora los años de las grandes manifestaciones y los grandes planes republicanos. Del fondo de armario más profundo surge "Parlament Lliure", un proyecto del que fuera consejero de Gobernación por la cuota de ERC en el primer tripartito, Joan Carretero. Enemistado con la dirección de ERC, fundó su propio partido, "Reagrupament", de efímera vida.
Entrevistado por el medio digital "El món", Carretero anuncia una campaña de movilizaciones a la antigua usanza y la repetición del referéndum ilegal del 1-O. "Nosotros lo que hemos pensado es que debemos hacer algo que llamamos 'Parlament Lliure'. Queremos convocar una jornada electoral en toda Cataluña que, para entenderse, sería una fusión del referéndum del 1-O y las consultas populares que se habían hecho antes. Pero esta vez queremos que se voten una serie de candidatos y que se haga un parlamento libre que proclame la validez del referéndum del día 1 de octubre del 2017", ha declarado Carretero.
Después de proclamar la validez del referéndum, Carretero señala que habría que hacer "lo que no hizo el presidente de la Generalidad entonces, que es intentar encontrar reconocimientos internacionales sobre el hecho de que la legalidad en Cataluña es ésta y no la legal. Esta es la parte más difícil. Pero es lo que se ha hecho internacionalmente en la mayoría de las ocasiones en casos similares. Es decir, en un territorio donde existen dos legalidades y dos legitimidades que van luchando, al final una se impone sobre la otra. Se trata de hacer que se imponga la nuestra".

