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El catalanismo prepara el terreno para quedarse con las pinturas de Sijena a pesar de la sentencia del Supremo

Illa no aclara si recurrirá y se remite al Museu Nacional, cuyo patronato está formado por la Generalidad, el Ayuntamiento de Barcelona y el Estado.

Flickr/CC/josé calvo-lópez

Nuevo frente del independentismo. Tras el capítulo de la oficialidad del catalán en Europa que se salda con un sonoro fracaso, la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a la Generalidad a devolver las pinturas murales del Monasterio de Sijena se ha convertido en la última causa separatista. Junts y ERC presionan al Govern de Salvador Illa para que se niegue a entregar las obras alegando razones técnicas sobre la preservación del patrimonio.

Los medios públicos y los afectos al nacionalismo difunden la tesis de que el traslado de las pinturas murales comportaría su destrucción segura y acusan al Gobierno de Aragón de actuar por razones políticas. Se agudiza el característico victimismo catalanista y se alerta de que a diferencia de lo que ocurrió en 1936, cuando los restos del monasterio quemado por los milicianos de la República fueron expoliados y trasladados a Barcelona, el camino de vuelta comportaría estragos definitivos en los murales.

Entre los "expertos" que alertan de los daños irreparables se encuentran personajes como el profesor de la Universidad de Barcelona Carles Mancho, más conocido por su militancia política que por sus contribuciones académicas. Mancho fue denunciado por un catedrático de la UB al que llamó "fascista" y "colono" en un claustro.

Las evasivas de Illa

El presidente de la Generalidad, Salvador Illa, de viaje en Japón, ha respondido con vaguedades y evasivas a las preguntas sobre los pasos a dar por la administración autonómica. No ha aclarado si la Generalidad presentará recurso en el Tribunal Constitucional, ha remarcado los supuestos riesgos que comportaría la restitución de los murales en Sijena y se ha remitido finalmente a la dirección del denominado Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) como si la decisión final dependiera del patronato del Museu y de su director Pepe Serra, en el cargo desde 2012. Del patronato del museo forman parte la Generalidad, el Ayuntamiento de Barcelona y el Estado, que se incorporó en 2005.

Reacción del MNAC

El director del MNAC se ha mostrado muy prudente en su reacción. Ha pedido la convocatoria de una reunión urgente al presidente del patronato, Joan Oliveras, "para tratar la cuestión, tomar las decisiones oportunas y los pasos a seguir". Además ha recalcado que el único interés del MNAC ha sido la preservación y exposición del conjunto, considerado la Capilla Sixtina del arte románico y que Generalidad y Ayuntamiento tratan de retener por su incalculable valor artístico e histórico.

Mucho menos prudente fue cuando se produjo la sentencia de la Audiencia Provincial de Huesca en verano de 2016. Según ha recordado hoy El Periódico, Serra se preguntaba: "¿Se puede trasladar la pirámide de Keops? Seguramente. Poder se puede todo. Así que la pregunta es absurda y perversa".

"Esto es un museo de vocación y ejercicio universal. ¿Cúal es el museo medieval de los aragoneses? Este. ¿Cuál es mi museo de pintura barroca? El Prado", añadía el director del MNAC.

Al frente de la consejería de Cultura de la Generalidad en la fecha de la sentencia estaba Santi Vila, el que dimitió del Govern golpista de Puigdemont dos meses antes del referéndum ilegal. Quien también fuera alcalde de Figueras respondió a la sentencia, según El Periódico, en estos términos: "Nuestra posición es granítica. Yo, como conseller de Cultura, bajo ninguna circunstancia autorizaré la salida de las pinturas. Asumo toda la responsabilidad y las consecuencias".

Los que se negaron a devolver las obras

Preguntado este jueves por la sentencia del Tribunal Supremo se mostraba mucho más cauto y apelaba a consideraciones sobre el arte, la preservación del patrimonio y el respeto por los criterios museísticos catalanes, "dejando a un lado el patriotismo", según ha matizado.

El sustituto de Vila, Lluís Puig, uno de los golpistas aún fugado pero con acta de diputado en el Parlament, ha pronosticado que el traslado destruirá las pinturas. Vila está pendiente de un juicio por haberse negado a la devolución de las obras y Puig fue recientemente absuelto por el mismo asunto en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), aunque la Fiscalía ha presentado recurso en el Tribunal Supremo según ha dicho él mismo en una entrevista en la emisora Rac 1.

La sentencia del Supremo pondrá a prueba no sólo al Govern de Illa sino también al Gobierno de Pedro Sánchez, pues tanto Junts como ERC están dispuestos a incluir el asunto en su agenda con los ejecutivos socialistas. La consigna que corre entre el independentismo es desobedecer la sentencia y hacer bandera del expolio.

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