
Pedro Sánchez no caerá por el frente catalán. La maniobra del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de sondear las posibilidades de éxito de una moción de censura han encontrado algo más que una fría acogida entre los partidos separatistas catalanes. Ni Junts ni ERC van a propiciar un vuelco ni están por la labor de debilitar aún más al presidente del Gobierno y líder del PSOE.
En Junts, eso sí, han abierto una puerta al PP a modo de reto. Se sentarían a hablar con una delegación del máximo nivel del PP, pero en Waterloo y con Carles Puigdemont. Pero ni en esas circunstancias y con esas circunstancias darían apoyo a la moción de Núñez Feijóo.
El partido de Puigdemont pasa factura a su manera por las críticas de algunos dirigentes del PP al líder golpista por su condición de fugado de la justicia española. También replican así a la propuesta del presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, que aboga por introducir una cláusula en el próximo congreso que impida a su partido pactar con formaciones separatistas.
Posición inamovible
La posición de Junts en relación al PP no ha cambiado. Las dificultades de Pedro Sánchez, el peso de la corrupción y el ingreso de Santos Cerdán en prisión no son causas suficientes para dejar de apoyar al Gobierno. El partido separatista realiza una lectura política en la que sólo cuenta la amnistía, el debilitamiento del Estado en Cataluña a base de traspasos y avanzar hacia la autodeterminación. Bajo esas premisas, la crisis por la que atraviesa Sánchez les favorece en la medida en que les hace más necesarios.
Y si Junts desprecia de entrada el planteamiento de Núñez Feijóo, en ERC ni siquiera se han tomado la molestia de poner condiciones. La respuesta es "no" a todo, sea lo que sea viniendo del PP. Tanto ERC como Junts acentúan el hecho de que el PP no puede gobernar sin Vox y ellos son totalmente incompatibles con la formación de Santiago Abascal.
En el caso de Junts, los puentes con el PP no están rotos, pero tampoco registran un tránsito fluido. Dirigentes del PP como Esteban González Pons hablaron con dirigentes de Junts como Jordi Turull tras las últimas elecciones generales, pero aquellos contactos se produjeron mientras el partido de Puigdemont negociaba la investidura de Sánchez con Santos Cerdán en Bruselas.

