
La succión que generan los motores de un avión a reacción es uno de los mayores peligros que existen en un aeropuerto. La zona de bajas presiones creada por los motores en funcionamiento de un turborreactor genera una fuerza lo suficientemente potente como para absorber rápidamente a cualquier persona que se encuentre en las inmediaciones.
Esto es lo que ha sucedido este martes en el Aeropuerto de Bérgamo al norte de Italia. Un operario ha sido succionado por el motor de uno de los aviones que se encontraban en la pista de aterrizaje esperando para el despegue con destino a Asturias. El incidente ha provocado la suspensión de los vuelos durante varias horas. Desde esta instalación aeroportuaria han indicado en declaraciones a la agencia de noticias Adnkronos que el hombre no era pasajero ni trabajador del aeropuerto.
Se trataría de una persona que habría entrado de forma voluntaria en la pista y, a pesar de que fue perseguido por agentes de Policía, se desplazó corriendo hasta el avión, que ya se encontraba en movimiento colocándose delante de uno de los motores de la aeronave.
La aerolínea del avión afectado, Volotea, ha aclarado que el incidente afecta a un vuelo que cubría la distancia entre Bérgamo y el Aeropuerto de Asturias. "El incidente ha tenido lugar cuando el avión seguía en tierra y estaba completamente lleno de pasajeros, a la espera de salir. "Tenemos indicios de que una persona ha sufrido heridas de gran gravedad relacionadas con uno de los motores del avión", ha explicado en un mensaje de X.
La historia de la aviación recoge innumerables casos de personas que han fallecido del mismo modo. En mayo del pasado año el aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam fue escenario de accidente de similares características.
Poco meses antes un joven murió en Salt Lake City (EEUU) en un accidente que captaron as cámaras de seguridad.
