El mismo día que la cúpula de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha presentado junto a Òmnium Cultural, los actos para la próxima "diada", la fiesta autonómica catalana del 11 de septiembre, todos los componentes vinculados al sector crítico han anunciado que se dan de baja de la organización en un manifiesto muy duro con la dirección.
Los críticos son una veintena de dirigentes de la entidad alineados con las posiciones radicales de Josep Costa, que fue vicepresidente del Parlament tras las elecciones convocadas en diciembre de 2017 con el artículo 155 de la Constitución. En el documento que han hecho público en los medios separatistas, dan cuenta de que se proponían la defensa de la vía unilateral, la denuncia de los pactos políticos con el Gobierno español, la resistencia contra el autoritarismo del Estado y practicar la desobediencia civil. Pero a continuación lamentan que "el equipo monolítico que dirige la ANC" ha hecho todo lo posible para desactivar la entidad en "una dinámica de inacción y de complicidad con los partidos". "La cúpula de la Assemblea no ha hecho nada para revertir la dinámica de división y desmovilización", lamentan también en el documento.
Para justificar su decisión apuntan: "Asumimos que los defensores de un activismo combativo e independiente, comprometidos con el 1-O y críticos con los liderazgos de los partidos independentistas tradicionales han ido causando baja como socios de la ANC y ya no son la mayoría de los que votan para decidir el rumbo de la entidad. En su lugar se han querido sustituir por una base social pasiva, que se identifica o milita todavía en los partidos políticos que luchan por controlar la entidad. El resultado es tan lamentable como inapelable. La ANC ha quedado absorbida por el establishment político que hace solo un año queríamos combatir".