
El 8 de agosto de 2024 pasará a la historia de Cataluña no por la investidura de Salvador Illa sino por la segunda fuga de Carles Puigdemont delante de las narices de casi un millar de agentes de los Mossos que fueron incapaces de detenerle a pesar de que se exhibió en público, se paseó por el centro de Barcelona rodeado de sus fieles y dio un mitin en el paseo de Lluís Companys sobre un escenario instalado un día antes con autorización del Ayuntamiento.
Este lunes ha sido el turno en el juzgado que investiga la fuga del jefe de la comisaría de Información de los Mossos d'Esquadra, Carles Hernández, quien en calidad de testigo no se ha salido ni una coma de los detalles contenidos en el informe que el cuerpo autonómico envió al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para justificar la no detención del prófugo más famoso de España.
Dicho informe fue elaborado por el entonces jefe de los Mossos, Eduard Sallent, relevado pocos días después por orden del exjefe policial Josep Lluís Trapero, nombrado por el PSC director general de la policía. En él se aducía que el objetivo era garantizar la celebración del pleno de investidura de Salvador Illa y después detener a Puigdemont. También se decía que los Mossos no habían contemplado el escenario de una segunda fuga y que la intención era arrestar a Puigdemont de manera discreta, evitando imágenes que pudieran socavar la dignidad de un expresidente de la Generalidad, aunque dicho expresidente fuera un golpista en búsqueda y captura con una orden del Tribunal Supremo.
Los de la "maniobra"
De modo que Carles Hernández ha reiterado ante la juez María Antonia Coscollola que la "idea" era detener a Puigdemont, pero que se descartó hacerlo antes de que subiera al escenario para dar un mitin a fin de no causar desórdenes públicos. Y después ya fue tarde porque según este mando de la policía de la Generalidad, Puigdemont y sus acompañantes (Jordi Turull, el de que los andaluces se gastan el dinero de los catalanes en desgravar el gimnasio y la mascota, Laura Borràs, condenada por corrupción a la espera de cumplir condena o ser indultada, el actual presidente del 'Parlament', el indultado Josep Rull, o el abogado Gonzalo Boye, entre otros) llevaron a cabo una "maniobra de distracción muy ágil y rápida".
Al igual que dijo y escribió Sallent ante la misma juez y en el informe enviado al magistrado Llarena, el jefe del servicio de Información también ha señalado que no se esperaban que Puigdemont tuviera contemplado escapar. Creían que entraría en el parlamento autonómico a tomar posesión como diputado y jefe de la oposición y que una vez formalizado el pleno podría ser detenido en el interior de la cámara y fuera de la vista de los curiosos.
Los "principios" de los Mossos
Carles Hernández también ha recurrido para explicar la obscena actuación a los "principios policiales de proporcionalidad y oportunidad", los mismos que alegó Josep Lluís Trapero cuando fue juzgado (y absuelto) en la Audiencia Nacional por la pasividad de los Mossos durante el golpe de Estado en general y el 1 de octubre del referéndum ilegal en particular.
En cuanto a los tres agentes de los Mossos que ayudaron a escapar a Puigdemont y que ya han sido dispensados de la sanción de empleo y sueldo, Hernández ha asegurado que en su opinión no cometieron ningún delito.

