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La situación interna del PP se hace insostenible por la gestión del caso Bárcenas

El PP insiste en su versión de los hechos sobre Bárcenas y Sepúlveda. Mientras Rajoy guarda silencio, el PP sufre la enésima crisis por el caso.

El PP insiste en su versión de los hechos sobre Bárcenas y Sepúlveda. Mientras Rajoy guarda silencio, el PP sufre la enésima crisis por el caso.

El Partido Popular desoyó la orden expresa del presidente de "no entrar en enredos ni en dimes y diretes" para recordar al campo de minas previo al aciago congreso de Valencia. Con Mariano Rajoy en la retaguardia, todos los golpes, internos y mediáticos, fueron dirigidos a su número dos en Génova. Así, la declarada guerra contra Luis Bárcenas derivó en una crítica más o menos velada contra la gestión capitaneada por María Dolores de Cospedal.

Si bien, más allá del ruido de sables, la realidad es que la confianza de Rajoy en la secretaria general sigue siendo "total". "Que a nadie le quepa la menor duda", se insistió por varios cauces, incluido la Moncloa. Más aún, se puso en cuarentena la supuesta "soledad" de Cospedal para recalcar que el presidente "está encima de todo lo relativo a la estrategia del caso". Aunque no se haga público, el contacto entre ambos es fluido y ella no toma una decisión de calado sin antes consultarlo.

Un "trabajo en equipo" en el que Cospedal se ha llevado la peor parte, al tener que dar la cara ante los medios de comunicación. "Es verdad que la comparecencia del lunes no le salió bien, que se equivocó en una palabra", admiten, en relación al polémico término "simulación". Si bien, aseguran: "Fue ella quién echó a Bárcenas. Desde el principio, no se fió de él". Oficialmente, se mantiene que el extesorero dejó de trabajar para el PP en 2010 y recibió "una indemnización en diferido". También que Jesús Sepúlveda fue despedido y recibió su correspondiente indemnización, a pesar de lo publicado.

El propio Rajoy hará explícito su espaldarazo el próximo once de marzo, en un desayuno informativo. "No haría falta. Decir que está en tela de juicio su apoyo es simplemente falso, Rajoy confía en María Dolores", zanjan las fuentes consultadas, en las que coinciden miembros del gabinete gubernamental.

El malestar de los barones regionales

Dicho esto, el PP, con la dirección nacional silente un día después de que Bárcenas les acusara de mentir sobre su contrato, vivió un permanente runrún en el que se repartieron tortas a diestro y siniestro. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, fue el más claro, toda vez lo hizo a micrófono encendido: "Lo que hemos conocido sobre la liquidación de Bárcenas nos ha parecido a todos un poco sorprendente", afirmó. Las explicaciones de Cospedal, llegó a decir quién es uno de sus próximos, fueron "un poco confusas".

El barón madrileño no entró en el fondo, de hecho dio por válido el despido en 2010, pero se quejó de la respuesta al escándalo. Varios barones consultados por Libertad Digital se sumaron al carro de este lamento, que se extendió de igual forma por el Grupo Popular en las Cortes. También se criticó que, a título personal, Cospedal ya haya demandado el extesorero, mientras que las prometidas acciones judiciales del PP y otros miembros de la cúpula siguen en un cajón. Y eso "que ya están listas", desvelaron las fuentes consultadas.

Desde el Ejecutivo llegó, tal vez, el ataque más duro: "No hacen su parte, que es librar de esta presión al presidente y a su gobierno", se quejaron desde Moncloa. Se lamentan de que, una semana más, Bárcenas pueda volver a monopolizar la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Y nosotros no debemos entrar. Eso lo tenemos muy claro: es Génova la que tiene que dar respuesta", enfatizan, poniendo encima de la mesa "el arduo trabajo" de sacar adelante el nuevo plan de reformas.

Al presidente, los periodistas le preguntaron tanto el martes como el miércoles por el asunto en los pasillos del Congreso, pero también optó por el silencio. "¿Mantiene su confianza en Cospedal?", le llegaron a interpelar sin obtener respuesta. "Goza de la confianza de todo en el mundo en el PP", contestó poco después Rafael Hernando, portavoz adjunto, intentando evitar que la brecha se haga más y más grande. El caso Bárcenas desplazó el resto asuntos en la sesión de control al Gobierno, incluido, para lamento gubernamental, el buen dato de déficit.

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