Cuarto yate ruso retenido en aguas españolas. A la inmovilización del Lady Anastasia en el puerto de Calviá (que se relaciona con el oligarca Alexander Mijeev, consejero delegado de Rosoboronexport, agencia rusa para la compraventa de material bélico), del Valerie en Barcelona (propiedad de Sergey Chemezov, presidente de Rostec, consorcio industrial y de defensa ruso), y del Tango, en Palma de Mallorca (propiedad del magnate Viktor Vekselberg), se une el Crescent, inmovilizado este miércoles en el puerto de Tarragona y que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana vincula con Igor Ivanovich Sechin, un exalto cargo de confianza de Vladimir Putin que en la actualidad preside la petrolera Rosneft.
Según un comunicado del Gobierno, el Crescent lleva bandera de las Islas Caimán y tiene 135 metros de eslora y 21 de manga. El buque había arribado a Tarragona el 2 de noviembre de 2021 y tenía previsto abandonar el puerto el pasado 4 de marzo. Las autoridades españolas investigan la propiedad de la embarcación y todo apunta a que pertenece a Igor Ivanovich Sechin, otro íntimo de Putin que escaló puestos en la administración rusa de la mano del presidente de ese país hasta llegar al puesto de jefe de gabinete de seguridad nacional. Posteriormente se le premiaron los servicios prestados con la dirección del complejo industrial petrolero Rosneft. El yate le habría sido vendido por el emir de Qatar en una operación próxima a los seiscientos millones de euros, según una publicación británica dedicada a la náutica recreativa.
El Crescent, como el resto de barcos inmovilizados, está vigilado por la Guardia Civil a la espera de que se confirme su propiedad. Sechin forma parte del núcleo duro de poder de Putin. El Ministerio de Transportes indica que "la retención provisional se ha comunicado al titular de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, a las instituciones dedicadas a la prevención de blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que puedan llevar a cabo las actuaciones de verificación de la información sobre la titularidad real del buque".
Según fuentes del puerto de Barcelona, en la capital catalana recalan al menos cinco yates cuyos propietarios son oligarcas rusos. Y entre ellos, Roman Abramovich, que habría atracado su Solaris en las instalaciones portuarias barcelonesas.